El expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso defendió este martes una "pacificación" del país para poder hacer frente a una crisis económica que se refleja en bajo crecimiento y alto desempleo, y ahora se agrava con la rápida expansión del coronavirus.

"Con coronavirus, desempleo elevado y crecimiento bajo, más que nunca necesitamos de serenidad y buen liderazgo. Aún hay tiempo para interrumpir impulsos de odio", afirmó el sociólogo que gobernó entre 1995 y 2002 en un mensaje publicado este martes en su cuenta en Twitter.

El líder y fundador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) defiende desde hace varios meses el fin de la profunda polarización que divide actualmente a Brasil entre los seguidores del actual presidente, el líder ultraderechista Jair Bolsonaro, y la oposición de izquierda.

"El país necesita de pacificación y rumbo y menos manifestaciones contra", agregó el exgobernante en referencia a las marchas convocadas para el próximo domingo por seguidores de Bolsonaro para protestar por la supuesta falta de apoyo del Congreso al Gobierno.

El expresidente ya había advertido en un mensaje en Twitter hace dos semanas que si Bolsonaro "realmente está convocando una manifestación contra el Congreso (la democracia), estamos ante una crisis institucional de consecuencias gravísimas, en la que callar sería concordar".

Cardoso pidió "serenidad" a los actores políticos en Brasil en medio de las turbulencias financieras en todo el mundo provocadas por los temores a que el coronavirus genere una recesión global y que se ahondaron con el desplome de los precios del petróleo.

El coronavirus se ha convertido en un nuevo desafío para la mayor economía de Sudamérica, que viene creciendo a un ritmo muy lento tras la histórica recesión que sufrió en 2015 y 2016, y en la que el desempleo afecta a cerca de 12 millones de personas.

La economía de Brasil creció un escueto 1,1 % en 2019, con una desaceleración frente a la expansión del 1,3 % que alcanzó tanto en 2018 y 2017, y un ritmo insuficiente para volver al nivel en que estaba en 2014, antes de que el país sufriera la mayor recesión en su historia.