Las petroleras agrupadas en AOP (Repsol, Cepsa, BP, Galp, Eni y Saras) piden al Gobierno ayudas, como flexibilidad de horarios o exención en el pago de cuotas a la Seguridad Social, para poder seguir manteniendo abiertas las estaciones de servicio sin tener que ajustar empleo pese al desplome de las ventas.

Tras la declaración del estado de alarma por el coronavirus, las ventas de carburantes han caído entre el 60 y el 70 %, y, pese a ese "dramático" descenso, "no hemos aplicado ningún expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), ni tenemos intención de hacerlo", ha dicho a Efe el presidente de Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), Luis Aires.

El directivo ha recordado que, al ser consideradas servicio esencial, todas las refinerías y las gasolineras deben permanecer abiertas y, pese a las circunstancias, seguirán trabajando para garantizar el suministro "dure lo que dure la crisis".

No obstante, ha advertido de que para poder "estar abiertos cuando las ventas son tan bajas" necesitan del apoyo de las administraciones públicas, a las que han reclamado medidas como mayor flexibilidad en los horarios de apertura, beneficios fiscales, no tener que pagar cuotas a la Seguridad Social o facilidades para el acceso a préstamos.

En su opinión, estas medidas saldrían "más baratas" para la administración que el coste de tener que pagar una prestación a los empleados afectados por un ERTE, a lo que ha añadido que, además, el contar con personal les permite prestar servicio en condiciones de seguridad, tanto para trabajadores como clientes.

En este sentido, ha explicado que la práctica totalidad de las estaciones están abiertas gracias a que están pudiendo hacer turnos y rotar para cubrir al personal que cae enfermo por Covid-19 o que debe guardar cuarentena por haber estado en contacto con contagiados.

Además, en cada gasolinera trabajan sólo una o dos personas que atienen desde la ventanilla de atención nocturna, siendo el cliente el que debe servirse en surtidor y sin poder entrar en ningún momento en el establecimiento.

"Este modelo está siendo un éxito. El 98 % de nuestras gasolineras (propias o abanderadas) están abiertas. El 2 % que está cerrada es porque se ha quedado sin personal o deben ser desinfectadas", ha dicho Aires, quien ha insistido que aunque no hay problemas de suministro ni los va a haber, conforme avanza la crisis se hace necesario apoyar a las compañías para mantener el sistema.

En este sentido, ha pedido que los empresarios que se vean abocados a cerrar por causa de fuerza mayor, como la falta de empleados por el coronavirus o por entrar en quiebra debido a la caída del negocio, no sea sancionado.

"Nuestro objetivo es mantener el empleo y no agravar la situación, pero necesitamos que nos ayuden con medidas de acompañamiento que permitan reducir costes", ha insistido Aires.

La petición de la AOP llega después de que desde la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES), algunos de ellos abanderados de las grandes y otros totalmente independientes, que reclama que se establezcan una especie de servicios mínimos para que puedan cerrar algunas gasolineras ante el desplome de las ventas, que, según su cálculos, en fin de semana llega al 95 %.

Por su parte, la Asociación Nacional de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae) ha afirmado que seguirán funcionando de manera continuada las 24 horas del día pese la caída de ventas "para garantizar el servicio al consumidor y no bloquear España".

Las tres organizaciones han recordado que las estaciones de servicio son una pieza clave para garantizar la movilidad, tanto de personas como de mercancías, en especial de alimentos y medicamentos.

En España operan unas 11.700 estaciones de servicio, de las que cerca de mil son desatendidas, y el resto se reparten entre gasolineras propiedad de las grandes petroleras, abanderadas, independientes o cooperativas. En su conjunto dan empleo a unas 60.000 personas.

En cuanto a las nueve refinerías que hay en España y que emplean directamente a 5.000 personas, Aires ha apuntado que todas operan con normalidad y lo seguirán haciendo "el tiempo que haga falta", aunque ha reconocido que deberán ajustar su producción a los actuales niveles de demanda.

Además, para compensar la caída del mercado nacional, buscarán elevar sus exportaciones con la vista puesta en el norte de África, Centroamérica y América del Sur, sus mercados tradicionales.

"Nuestras refinerías son muy competitivas y estamos acostumbrados a lidiar con los vaivenes de la demanda", ha dicho Aires, quien ha apuntado que aunque los actuales bajos precios del petróleo les perjudican, ayudarán de cara a la recuperación de la economía.