El vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, ha pedido este lunes al Gobierno la suspensión "formal" de los objetivos de déficit, de deuda y la regla de gasto para este año para poder hacer frente a la crisis del coronavirus.

En una comparecencia telemática ante la Comisión de Economía del Parlamento catalán, Pere Aragonès ha dicho que, tras el aval de la UE a la suspensión de los objetivos de estabilidad financiera, ahora corresponde a España hacerlo "de forma formal", para permitir que se haga "el gasto necesario" para combatir el coronavirus.

"Ahora lo importante es salvar vidas", ha asegurado Aragonès, que ha alertado de que el "choque" económico provocado por esta crisis sanitaria es inédito en las últimas décadas y de tal magnitud que solo se podría comparar con el de un conflicto bélico.

El conseller no ha facilitado estimaciones acerca de qué nivel de déficit podría llegar a acumular Cataluña en 2020 como consecuencia de esta crisis, pero ha dado por supuesto que se incrementará sustancialmente, y tampoco ha especulado sobre qué efecto puede tener la crisis sobre la economía catalana, recordando que ni el Gobierno ni el Banco de España se atreven por ahora a hacer estimaciones, dado que el confinamiento aún se mantiene.

Asimismo, Aragonès también ha pedido al Gobierno que transmita un "claro mensaje" a los ayuntamientos, en el sentido de permitirles destinar todo el superávit logrado en 2019, y no solo un 20 %, a hacer frente a gastos derivados de esta crisis sanitaria.

"No podemos tener dinero en cuentas corrientes que no se utilicn. Ahora necesitamos todos los recursos", ha dicho Aragonès.

Al mismo tiempo, ha instado al Gobierno a aprovechar los 73.000 millones que, según él, le corresponden a España de la política de compra de activos por valor de 750.000 millones de euros anunciada por el BCE para actuar frente a esta crisis.

Asimismo, Aragonès ha insistido en su propuesta de crear una renta básica universal mientras dure el confinamiento que sea financiada directamente por el Banco Central Europeo.

"En 2008 se reaccionó tarde y mal. Es necesario que todos seamos mucho más valientes", ha asegurado Aragonès.