Argentina colocó este miércoles en el mercado doméstico Letras y Bonos del Tesoro en moneda local por un valor total de 9.465 millones de pesos (141,8 millones de dólares).
Según informó el Ministerio de Economía en un comunicado, en la licitación de hoy se colocaron Letras del Tesoro en pesos, con vencimiento el 16 de junio próximo y una tasa nominal anual del 29,98 %, por 7.291 millones de pesos (109,2 millones de dólares).
En la misma operación también se colocaron bonos Boncer, en pesos, con vencimiento en abril de 2021 y un rendimiento atado a un coeficiente ligado a la inflación, por un total de 2.174 millones de pesos (32,6 millones de dólares).
Desde que Alberto Fernández asumió la Presidencia de Argentina a finales de 2019, el país suramericano realizó en el mercado doméstico varias operaciones, o bien para canjear títulos por otros con mayor plazo, o bien para captar fondos para aplicarlos a la cancelación de los sucesivos vencimientos de intereses y capital que debe afrontar este año.
La colocación de hoy se produjo luego de que este martes Argentina lograra un alto nivel de adhesión, cercano al 90 %, para canjear por nuevos instrumentos un bono en pesos que vencía a finales de este mes.
"De esta forma, el remanente de dicho instrumento alcanza los 38.500 millones de pesos (576,7 millones de dólares) a pagar el 28 de abril, para lo cual, teniendo en cuenta que hay tiempo, el Gobierno podría lanzar nuevas emisiones de forma de hacerse con el capital para afrontar el vencimiento", apuntó hoy la firma Delphos Investment en un informe.
El Gobierno argentino anunció la semana pasada que aplazará hasta finales de este año los pagos de los vencimientos de deuda por títulos en dólares emitidos bajo legislación argentina, lo que implica compromisos por cerca de 10.000 millones de dólares.
La medida excluyó a los títulos locales en pesos, como el bono cuyo canje se realizó este martes.
También dejó afuera a los títulos en dólares bajo legislación extranjera, por unos 69.000 millones de dólares, que son parte de un proceso de diálogo con acreedores privados con vista a una reestructuración cuya concreción se ha visto demorada por la tensión financiera global desatada por la pandemia de coronavirus.
Operadores locales apuestan a que el Gobierno formalice la presentación de una oferta de reestructuración en forma inminente.
"La incertidumbre es alta, y las posibles propuestas que se especulan que pueden llegar en función de quitas de capital, años de gracia o cortes de cupón son muchas", dijo hoy la correduría Portfolio Personal Inversiones en un reporte.