Las empresas del sector de las infraestructuras y del agrícola en Brasil serán de las primeras en superar la crisis provocada por la pandemia de la COVID-19, pronostica en entrevista a EFE el presidente de la Cámara Oficial de Comercio Española en Brasil, Marcos Madureira.

"¿Es posible dudar de que no vaya a haber crecimiento en el sector de la infraestructuras en Brasil? No. Primero, porque Brasil necesita infraestructura. Sin eso, Brasil no crece", opinó el antiguo vicepresidente Ejecutivo del Banco Santander Brasil.

"Y esas obras son además muy fuertes en generación de empleos no tan especializados que generan una obra de mano masiva", añadió.

El directivo recordó que la inversión en grandes obras, sean financiadas solo por el sector público o con ayuda del privado, ya estaban contempladas por el Gobierno para paliar el déficit en autopistas, conexiones ferroviarias e aeroportuarias en un país prácticamente con la misma extensión que Europa entera.

Según el presidente de la Cámara, las compañías que actúen en el sector agrícola de Brasil, uno de los más potentes del mundo, también saldrán más deprisa que el resto, debido a que China, uno de sus principales compradores, "va a comenzar a crecer" y a demandar productos brasileños.

En la Cámara de Comercio Española que dirige Madureira participan multinacionales del porte del propio banco Santander, Telefónica, Mapfre, Prosegur, Repsol, Indra, Arteris (controlada por Abertis), Neoenergía (Iberdrola) y Acciona, entre otras.

En los últimos 20 años, España ha figurado entre los tres principales inversores extranjeros en Brasil, de acuerdo con datos oficiales.

PREOCUPACIÓN SOCIAL

Entre el empresariado de Brasil, la pandemia de la COVID-19 no ha generado un "temor" especial a "episodios de convulsión social" por el agravamiento de la crisis. Lo que sí que hay es "una preocupación" por la cuestión social, aclaró Madureira.

"Uno de los puntos altos de este Gobierno brasileño es, sin duda, la Economía. Tanto el ministro Paulo Guedes, como el presidente del Banco Central, Roberto Campos (Neto) han tenido antes y durante la crisis una postura impecable", sostuvo el ejecutivo, quien realzó las ayudas públicas concedidas a una mano de obra fundamental en Brasil: los informales.

"Está claro -agregó- que tenemos un estrato que necesita ser protegido, algo que incluso en una política liberal está siendo hecho", analizó, en alusión al cheque de 120 dólares concedido a trabajadores sin contratos registrados, que suman 38 millones y representan el 40 % del mercado de trabajo.

A pesar de que se pronostica una honda caída del PIB brasileño, en torno del 4 % en 2020, según varios analistas, Madureira estimó que las grandes empresas ya implantadas en el país no se marcharán.

"No veo cómo se podría dejar escapar a un país como Brasil. Si hubiese una crisis interna muy grande y en otros países buenas oportunidades... Pero no es el caso. Hay una crisis mundial. No concibo a ninguna empresa abandonar un mercado de 210 millones de habitantes, con una posibilidad tremenda de desarrollo", completó.

Las empresas, especialmente las multinacionales, son conscientes de "su papel social" en este momento en el que hay "una solidaridad muy grande", adujo el directivo, quien juzgó que los despidos deben ser siempre "el último recurso" de una compañía.

"El gestor tiene que tener claro qué es lo que necesita hacer para garantizar la supervivencia de la empresa, que pasa normalmente por la liquidez, pero tiene que pensar en el pos crisis, porque esta crisis, como todas en el mundo, va a pasar", concluyó.

Antonio Torres del Cerro