Los estados federados alemanes preparan la reapertura de la hostelería y el turismo interior, los dos sectores aún cerrados por la pandemia de la COVID-19, ante la expectativa de que sus ciudadanos pasen sus próximas vacaciones en el país.

Baviera, el "Land" más restrictivo ante la reactivación de la vida pública, abrirá sus terrazas cerveceras el 18 de mayo, aunque esperará hasta el 30 de este mes para hacerlo en sus hoteles. "Preferimos la prudencia a la rapidez", dijo su primer ministro regional, Markus Söder.

En Mecklenburgo-Antepomerania, en el noreste, se aceleraron los planes para abrir hoteles a mediados de mes -aunque bajo estrictas medidas de higiene y manteniendo el cierre para zonas comunes-.

En ese "Land" la incidencia de la pandemia es baja, mientras que Baviera es el más afectado por la COVID-19.

"Llegamos a tener una tasa de contagio de 1,6, ahora bajamos al 0,7", afirmó Söder. La sanidad pública bávara no está en riesgo de quedar saturada, añadió, ya que de los 43.162 contagios verificados hasta ahora en el "Land" apenas 6.400 siguen activos.

Alemania es el sexto país del mundo en número de contagios -tras EE.UU., España, Italia, Reino Unido y Francia-, pero su tasa de mortalidad es moderada: hasta hoy, el Instituto Robert Koch (RKI), competente en la materia, verificó 163.860 infecciones, con 6.831 muertos y 135.100 pacientes recuperados.

Baviera, el "Land" más turístico del país, acumuló 1.948 víctimas mortales, mientras que Meckleburgo-Antepomerania, con creciente afluencia de visitantes a sus playas del litoral báltico, registró 19 fallecidos.

La reapertura de la hostelería y el turismo es uno de los temas que abordarán mañana la canciller Angela Merkel y los poderes regionales. La líder alemana trata de consensuar una línea común, pero algunos "Länder" han confeccionado su propia hoja de ruta.

La presión desde el ámbito de la gastronomía y hoteles es muy fuerte, después de que en las últimas semanas se reactivara de forma escalonada la vida comercial, actividades escolares y oferta cultural, como museos y bibliotecas.

LA GRAN APUESTA DEL TURISMO INTERIOR

El turismo interno alemán puede vivir su gran temporada. El Gobierno de Merkel prolongó hasta el 14 de junio, como mínimo, la recomendación a sus ciudadanos de no viajar a ningún país del mundo. Desde su Gobierno se ha advertido repetidamente de que este verano muy probablemente las vacaciones se harán en el país.

El ministro de Exteriores, Heiko Maas, ha asegurado que no habrá otra operación como la realizada en las semanas pasadas, en que se repatrió a 240.000 ciudadanos que quedaron varados en distintas partes del mundo por la pandemia.

La temporada de Semana Santa fue de cierre total para el turismo, también el interior y extendido a quienes, de tenerla, pretendían pasar esos días en su segunda residencia. El próximo puente -el 21 de mayo, Día de la Ascensión- es prematuro para algunos "Länder", pero para el siguiente -Pentecostés, el 1 de junio- incluso la prudente Baviera estará preparada.

Las restricciones a salir del país castigarán especialmente a países como España, primer destino internacional de los alemanes, con 13 millones de visitantes anuales.

Desde el sector turístico alemán se ha advertido de que la propia Alemania no puede "absorber" tanta ansia vacacional de sus ciudadanos. Hasta ahora, el 75 % de sus viajes de más de cinco días se iban al extranjero.

Se prevé, sin embargo, un incremento de actividades en bicicleta o a pie, así como la oferta de pernoctaciones alternativas, acordes, por lo demás, a la creciente consciencia a favor del turismo ecológico.