El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, reconoció este miércoles que existe una crisis de combustible que está afectando a la vida diaria de la población, aunque aseguró que el país no pasa por un segundo "periodo especial" como el de los años 90.
Díaz-Canel explicó que se trata principalmente de una situación de escasez de combustible diésel, necesario para la inmensa mayoría de los vehículos que circulan en el país -incluida la flota de transporte público- y para la producción energética, aunque anunció que ésta última está asegurada.
"No estamos en período especial", remarcó, sin embargo, en referencia a la intensa crisis económica que azotó Cuba en la década de 1990 y cuyos efectos fueron, entre otros, el bloqueo del transporte y constantes apagones por la falta de combustible.
La llegada de combustible a Cuba se interrumpió ayer martes y no se reanudará hasta el próximo día 14, especificó.
Así, el presidente indicó que se trata de una "situación coyuntural" que obligará a los cubanos a estar "apretados unos días", y apuntó la necesidad de que tanto los gobernantes como la población tomen medidas destinadas al ahorro energético.
Aseguró que su Gobierno tiene un plan para hacer frente a la crisis de combustible, aunque no explicó detalles más allá de insistir en la práctica del "ahorro" y el "altruismo", así como "denunciar delitos" relacionados con el robo o acaparamiento de combustible y bienes relacionados.
Culpó de la situación al Gobierno de Estados Unidos, que está "actuando con mayor agresividad hacia Cuba" y tiene un "plan genocida" para reducir la "calidad de vida y el progreso" de la isla con el fin último de generar un "estallido social".
Más específicamente, acusó a la administración del presidente Donald Trump de "tratar de impedir la llegada de combustible" mediante presiones a las navieras que transportan crudo a Cuba, principalmente desde Venezuela, país al que Washington también impone sanciones económicas y comerciales.
Díaz-Canel lanzó un mensaje de tranquilidad al asegurar que Cuba produce de forma autónoma el 40% de sus necesidades de petróleo, y que esto cubre la demanda de electricidad del país, por lo que descartó posibles "apagones".
Desde hace días una parte de las gasolineras de La Habana están fuera de servicio temporalmente y en otras está agotado el diésel, por lo que se suelen forman grandes colas en los surtidores que aún ofrecen combustible.
La movilidad se ha dificultado en las calles de la capital, donde se observa más gente en la calle en busca de transporte y autobuses urbanos atestados por haberse suspendido el servicio en algunas rutas, entre ellas las de recogida de los trabajadores de empresas estatales.