La Ciudad de México, foco rojo de la pandemia de COVID-19 en México con más de 32.000 casos y casi 4.000 muertos, sigue sin comenzar su reapertura económica debido al incesante número de contagios, por lo que anunció este miércoles un plan de detección epidemiológica imprescindible para la reactivación.

La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, presentó este miércoles el programa de detección, protección y vigilancia de casos COVID-19, que comenzará esta semana y de manera más potente a partir del 15 junio.

Esta era la fecha en la que se esperaba en la capital mexicana un comienzo de la desescalada, pero las condiciones no han acompañado ese objetivo.

"Lo que se busca es seguir disminuyendo los contagios en la ciudad mediante una estrategia distinta", dijo Sheinbaum en rueda de prensa virtual.

Recordó que conforme se abran las actividades "van a ir saliendo más personas de las casas" y por ello es necesario mejorar la vigilancia epidemiológica.

Sheinbaum explicó que entre los objetivos del programa están salvar vidas, identificar de forma temprana casos que puedan volverse graves y cortar la cadena de contagios y detectar y aislar a personas sintomáticas y asintomáticas.

Además, se intentará mejorar la identificación de casos mediante el incremento de pruebas, y esta sería la principal novedad.

El titular de la Agencia Digital del gobierno de la capital mexicana, Eduardo Clark, dijo que se pretende "llevar a cabo cerca de 100.000 pruebas cada mes a partir de julio" para el rastreo de contactos.

Recordó que junio será de transición y el incremento de ese tipo de pruebas diarias pasará de 1.000 en ese mes a 2.700 en julio y en los siguientes meses.

LA METRÓPOLI SIGUE EN COLOR ROJO

Sheinbaum afirmó que el semáforo en la ciudad sigue en rojo -lo que solo contempla que haya actividades esenciales- y dijo que el programa acompañará al plan durante ese color "de tal manera que cuando se abran distintas actividades económicas tengamos un menor nivel de contagio en la ciudad".

Señaló que el objetivo es ir equilibrando el regreso a algunas de las actividades, en la etapa de nueva normalidad, con una atención mucho más detallada y más vigilante de las personas que pueden tener COVID-19 y de sus contactos.

"De esta forma pasamos del resguardo de toda la población, conforme abran los semáforos, a un sistema epidemiológico que nos permita disminuir los contagios y atender a las personas", expuso.

El discurso de Sheinbaum coincidió con el del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien reiteró que el reinicio de operaciones de actividades no esenciales en el país "será paulatino, cuidadoso y en cumplimiento de los protocolos" de la Secretaría de Salud.

"Tenemos que ir abriendo con cuidado, siguiendo los protocolos de salud", dijo el mandatario en su conferencia diaria.

Indicó que así como se abrieron en junio la construcción, la minería y la industria automotriz -al ser añadidas al grupo de actividades esenciales-, se debe "ir poco a poco con otras ramas de la economía, el turismo, en su momento restaurantes, los centros comerciales".

A fin de "ir abriendo poco a poco con las recomendaciones de los especialistas en salud e ir saliendo", puntualizó el mandatario.

Además, López Obrador destacó que México perdió menos de 350.000 empleos formales en mayo, en comparación con los más de 555.000 desaparecidos en abril, según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que el viernes presentará la cifra oficial.

GOBIERNO MEXICANO VERSUS OPS

El martes, el Gobierno mexicano anunció nuevas actividades permitidas en su plan de la "nueva normalidad", como hospedaje y algunas actividades recreativas, por ejemplo en parques, al afirmar que la epidemia de COVID-19 "va hacia la baja".

Señaló que a partir de ahora se permitirá la actividad de hoteles a un nivel del 25 %, restaurantes con servicio a domicilio, servicios de peluquería a domicilio, parques al 25 % sin acceso a áreas infantiles, supermercados al 50 % con una persona por familia y partidos deportivos a puerta cerrada.

Estas actividades, aclararon las autoridades sanitarias, se permitirán aunque el semáforo del Gobierno esté en rojo, que indica el máximo nivel de riesgo de los cuatro colores establecidos por el Ejecutivo para definir los sectores autorizados en los 32 estados.

Pero ese anuncio fue muy distinto al de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que advirtió el martes de que México avanza a su "máximo apogeo" en la pandemia de COVID-19 por lo que el Gobierno y la población no pueden bajar la guardia en esta nueva fase hacia la "nueva normalidad".

Hasta este martes, la Ciudad de México registraba 32.256 casos confirmados, 3.891 activos, 9.065 sospechosos y 3.941 defunciones, además de 9.905 pacientes recuperados.

Mientras que México suma más de 124.000 casos y 14.649 fallecidos, siendo ya el séptimo país a nivel mundial por número de muertos, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins.