La francesa, que ya ha abandonado su cargo como directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), ha obtenido 394 votos a favor, 206 en contra y 49 abstenciones en una votación secreta que, aunque no era vinculante, cuenta con un importante peso político.
El BCE ya dio a finales de julio su visto bueno a su designación, por lo que ahora solo queda un paso para que se oficialice. Serán los jefes de Estado y de Gobierno los que aprueben formalmente su nombramiento en la cumbre que tendrá lugar los días 17 y 18 de octubre en Bruselas.
En el debate que ha tenido lugar este martes en el Parlamento Europeo, el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, ha destacado que Lagarde cuenta con "todas las credenciales" para ocupar el puesto y además ofrece una "fuerte señal" para el equilibrio de género en el seno del BCE.
La francesa no ha participado en la discusión, pero ya dejó clara su voluntad de continuar con la política monetaria marcada por su antecesor en una audiencia ante la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios a principios de este mes.
En su opinión, los riesgos a la baja a los que se enfrenta la economía de la eurozona "no han desaparecido" y la inflación todavía es "demasiado baja" y se encuentra "lejos del objetivo".
Además, Lagarde confió en no tener que repetir durante su mandato la frase que Draghi en 2012 cuando garantizó que haría "todo lo necesario" para salvar el euro, puesto que esto "significaría que otros no están haciendo lo que deben", en referencia a la necesidad de completar la arquitectura de la moneda única para hacer frente en mejores condiciones a futuras crisis.
En este sentido, la futura presidenta del BCE remarcó que la institución monetaria europea "no opera en el vacío" y defendió que la efectividad de los estímulos monetarios "puede fortalecerse a través de políticas nacionales y europeas adecuadas".
Por ello, se sumó a la posición subrayada recientemente tanto por Draghi como por la Comisión Europea y reclamó a países que cuentan con espacio fiscal como Alemania un aumento del gasto público para estimular la economía.