Bruselas quiere estrechar el cerco a los

Bruselas tiene en el punto de mira a las 'influencers' financieros que difunden contenidos engañosos o arriesgados que afectan a los consumidores sin altos conocimientos de economía. La Comisión Europea ha planteado una regulación de la publicidad de los servicios financieros que tiene un apartado específico para esas personas que muchas empresas contratan para anunciar sus productos porque tienen miles e incluso millones de seguidores en redes sociales como TikTok, Instagram o Twitter. Lo que pretende el gobierno comunitario es que esas compañías sean responsables de la difusión de contenidos que no se ajusten a las reglas porque contengan información engañosa o no lo suficientemente clara respecto a los riesgos.

La moda de que esos individuos con un importante número de seguidores recomienden productos como criptomonedas sin tener los conocimientos adecuados ha hecho sonar las alarmas en la capital comunitaria. Pero países como Francia han ido incluso un paso más allá al poner coto directamente a todos los 'influencers' a los que ha impuesto por ley una serie de reglas que tienen que en el terreno de la publicidad y que incluso les obliga a comunicar si han retocado las imágenes. La norma que plantea la Comisión Europea se limita a los 'influencers' financieros (bautizados como finfluencers) y se enmarca dentro de un paquete con el que pretende aumentar la protección de los pequeños inversores.

"El paquete introduce requisitos adicionales en relación con el contenido de marketing de los servicios financieros. Los anuncios tienen que ser imparciales, claros y no engañosos. Tendrán que presentar los riesgos y beneficios de una manera equilibrada e incluir las características clave de los productos", señala la Comisión, que asegura que los supervisores verán reforzada su capacidad de vigilancia.

Respecto a los 'influencers', el gobierno comunitario apunta directamente a las compañías como las responsables de los contenidos que difundan y que sean peligrosos independientemente de que hayan sido contratados directamente o incentivados para crear contenidos promocionales. Es decir, que la responsabilidad la tendrá tanto si acude a un evento de la empresa, por ejemplo, o si difunde un vídeo a través de sus redes sociales. De no ajustarse a las reglas establecidas, será la compañía la responsable y se enfrentará a una multa o incluso a la retirada de la licencia en los casos más peligrosos.

El paquete también aspira a limitar los intereses que pueden tener los comerciales a la hora de vender unos productos financieros sobre otros al tener ciertos incentivos. La propuesta de la Comisión es prohibir los de "ejecución directa", es decir, aquellos en los que no hay un asesoramiento previo al cliente. Para los demás, establece una serie de requisitos: ofrecer una gama de productos que se adecúen a sus necesidades y demandas del cliente, que sean eficientes respecto al coste, y que no contengan otros elementos que sean innecesarios para los objetivos del cliente y tengan coste, como los seguros de vida no solicitados. Dentro de tres años el gobierno comunitario revisará el funcionamiento y decidirá si avanza hacia la prohibición de los incentivos, que es lo que reclaman las organizaciones de consumidores y a lo que se oponen los fondos de inversión y aseguradoras, informa EFE.