Es uno de los expedientes más complicados que la UE, y en concreto la presidencia rotatoria del Consejo, tiene sobre la mesa hasta que acabe el año: la negociación del nuevo Pacto de Estabilidad y Crecimiento que retomará el corsé fiscal que se levantó con la pandemia. La intención de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, era presentar a sus colegas una propuesta de texto legal en octubre, pero no fue posible y tampoco lo ha sido en la cita que han mantenido este jueves.
Los ministros de Economía han constatado avances en aras de encontrar un acuerdo que permita encajar las piezas del puzle, que básicamente pasa por la exigencia de un grupo de países liderado por Alemania para que haya mayor presión en la reducción de la deuda (que la sostenibilidad de la deuda pública se tenga en cuenta como factor principal a la hora de abrir procedimientos de déficit excesivo) y que los países no se relajen aunque su déficit esté por debajo del objetivo del 3% frente a Francia y otros países, como Italia, que quieren una mayor flexibilidad e incentivos para realizar inversiones
La presidencia española puso sobre la mesa de los 27 un nuevo documento para intentar acercar las posiciones en las partes más escabrosas, lo que en la jerga comunitaria se denomina ‘landing zone’, pero Calviño volvió a repetir que el 70% del trabajo técnico está finiquitado y que falta el 30% más político. Las mismas cifras que dio en septiembre.
"La palabra que resume lo que tratamos de conseguir es equilibrio", ha dicho Calviño, que se ha referido a lograr "el objetvo de reducir la deuda y el déficti y apoyar el crecimiento económico y que las inversione srespondan a las prioridades europeas".
Fuentes comunitarias apuntan a que hay un acercamiento en algunos puntos como en que los países puedan ampliar de cuatro a siete años el horizonte temporal de su senda de ajuste cumplen las reformas e inversiones recogidas en su plan nacional de recuperación. También hay bastante consenso en que el incremento del gasto en Defensa sea un factor atenuante a la hora de abrir expedientes de incumplimiento, que era la gran reclamación de los países del este, que han multiplicado sus gastos a raíz de la guerra en Ucrania.
Francia y Alemania han cogido, además, las riendas de la negociación. Los ministros de Finanzas de esos países, Bruno Le Maire y Christian Lindner, se reunieron hace unos días en París para intentar avanzar. Según ha dicho el francés, los trabajos siguen ahora a nivel técnico y las conversaciones son "positivas y contructivas". "Vamos en la buena dirección", ha rematado.
En esa misma línea se ha mostrado el alemán. "Se reconoce en la nueva 'zona de aterrizaje' propuesta por la presidencia española, así que soy mucho más optimista de que podamos alcanzar un consenso entre los Estados miembros este año", ha señalado Lindner: "Es un progreso que se reconozca la idea de salvaguardas y puntos de referencia en relación con el ratio deuda/PIB y los déficits anuales, pero ahora lo que hay que considerar es el nivel de ambición, ahora se trata de hablar de números no sólo de instrumentos".
Los 27 se han marcado final de año como fecha límite para llegar a un acuerdo, aunque se ha convertido en una expectativa optimista teniendo en cuenta que la Eurocámara tampoco ha fijado aún su posición y que, una vez lo hagan, las dos partes y la Comisión tendrán que iniciar una negociación a tres. Por ahora, el objetivo de los gobiernos es alcanzar un acuerdo en diciembre y Calviño ha anunciado una reunión extraordinaria a finales de noviembre para que los ministros de Economía puedan fijar una posición en la del 8 de diciembre.
Más allá de que la UE necesita unas nuevas normas a partir de 2024, dado que la decisión es reactivar el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que se suspendió para hacer frente a la crisis del coronavirus y, después, a la de la guerra en Ucrania. El complicado contexto internacional -con la guerra entre Israel y Hamás- mantiene en vilo a las autoridades económicas europeas, que la próxima semana publicarán las previsiones de otoño.
Aunque los 27 han sorteado la recesión, el crecimiento económico no es el que habían esperado hace unos meses. El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, reconoció este jueves que “las perspectivas económicas son difíciles”. “Alcanzar un acuerdo es esencial”, afirmó el italiano, que se refirió a la necesidad de que haya una transición desde la flexibilidad al nuevo corsé fiscal y también a dar “certeza a los mercados”.
"Está claro que estamos en un periodo de debilidad económica. Hemos logrado evitar la recesión pero el crecimiento es muy lento", apuntaló el vicepresidente de la Comisión Europea Valdis Dombrovskis, que espera un "modesto repunte" el año próximo.