El presidente de Repsol, Antonio Brufau, ha amenazado con que si no hay "estabilidad jurídica y fiscal" en España, las inversiones por 1.500 millones de euros que la energética prevé llevar a cabo en el país para impulsar el hidrógeno renovable se irán a "Portugal o a Francia".
En un encuentro organizado por la Fundación Repsol y Tecnun, la Escuela de Ingeniería Universidad de Navarra, Brufau aseguró que estos 1.500 millones de euros de inversión de Repsol "están sometidos a una cosa que se llama estabilidad; estabilidad jurídica y estabilidad fiscal".
La petrolera logró un resultado neto de 2.785 millones de euros en los primeros nueve meses del año, a pesar del impuesto y las acusaciones al Gobierno de "falta de estabilidad jurídica y fiscal". En 2022, Repsol disparó sus resultados un 70%, hasta 4.251 millones, tras lograr los mayores márgenes de su historia.
Brufau ha levantado así la voz contra el acuerdo del nuevo Gobierno de PSOE y Sumar de prorrogar el impuesto especial para las energéticas y la banca -vigente actualmente para este año y 2024-, tal y como hizo a finales de octubre el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz.
El consejero delegado de la petrolera entonces apuntó que la compañía, "antes de tomar cualquier decisión de inversión en España", analizaría si las condiciones son "estables y suficientemente atractivas para garantizar la rentabilidad de los proyectos", y ha asegurado que si no era así, se cuenta con "otras alternativas".
En el caso de las energéticas, esta tasa actualmente grava con el 1,2% de la facturación obtenida en aquellas empresas con ingresos superiores a 1.000 millones euros excluyendo los negocios regulados y actividades fuera de España y extra peninsulares.
Así, Brufau considera que si en España se tiene un impuesto que "no tienen los franceses o los portugueses para producir hidrógeno", pues seguramente la decisión de la empresa será la de "irse a Portugal o a Francia".
El presidente de Repsol ha apuntado que estas inversiones necesarias para alcanzar los objetivos de descarbonización no se deben pensar desde el corto plazo, sino que se tratan de "un tema de medio y largo plazo".
Además, estima que estos proyectos, "que requieren de mucha madurez", se deben hacer "en un marco de estabilidad" y con un marco fiscal "atractivo". "No mejor ni peor. Atractivo, que significa competitivo, con respecto de las regiones próximas a nosotros", ha señalado.
Brufau también ha destacado el compromiso de Repsol con una transición energética justa que asegure la autonomía de Europa, aunque advirtió de que este compromiso con la seguridad de suministro, el acceso universal a la energía y por supuesto la descarbonización, debe venir acompañado desde Europa por incentivos en lugar de prohibiciones; simplificando la regulación y evitando así que normas nacionales fragmenten el mercado único.
"Es imposible pretender que las empresas realicemos las inversiones necesarias para abordar la transición energética sin unas reglas de juego claras", ha reiterado.