El contrato de la línea de autobús entre Badajoz, Madrid y Valencia queda desierto tras no presentarse ninguna empresa

La licitación impulsada por el Gobierno para buscar una nueva empresa que explotase el servicio de autobús entre Badajoz, Madrid y Valencia, tras el rechazo de Avanza Bus a seguir explotándola, ha quedado desierta tras no atraer a ninguna compañía, según recoge Europa Press.

Se trata de una de las tres concesiones que la citada compañía decidió abandonar el año pasado, junto con la línea que une Ayamonte (Huelva) y Santa Coloma de Gramanet (Barcelona) y la de Madrid-Salamanca-Vigo.

Debido a este abandono, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible decidió lanzar tres licitaciones para cada uno de estos servicios.

El de Huelva a Barcelona sí ha recibido dos pujas de Interbús y Hife, mientras que en el de Madrid a Vigo se ha ampliado el plazo para presentar ofertas hasta el próximo 12 de febrero.

Sin embargo, la licitación para unir en autobús Madrid con Badajoz y Valencia, sí ha tenido que ser cancelado, debido a que ninguna empresa se ha visto interesada. Fuentes del Ministerio explican que la licitación reproducía el contrato actual "sin cambios relevantes".

En los pliegos figura que el valor del contrato ascendía a 62,7 millones de euros para un plazo total de 9 años y con un coste máximo del billete de 0,05831 por kilómetro, incluyendo el IVA. También se precisa que la dotación mínima del personal que el contratista tenía que adscribir a la prestación del servicio es de 39 conductores.

Fuentes de Avanza Bus confirman a Europa Press que seguirá operando el servicio, ya que así está obligada a hacerlo, hasta que el Ministerio busque una solución, entre ellas volver a sacar la licitación. Desde la empresa argumentan que la situación económica de estas tres concesiones, en las condiciones actuales, "es muy complicada, con pérdidas millonarias".

En cualquier caso, se trata de concesiones que están desligadas del nuevo mapa concesional que el Gobierno preparó hace un año, por lo que este mapa seguirá su propio camino, actualmente con la previsión de aprobarse antes de que acabe el año 2024.

Si bien este nuevo mapa supuso un gran cambio respecto al anterior, al simplificar las rutas y hacerlas más directas, el Gobierno ya aclaró que la prioridad era continuar con el sistema concesional, es decir una sola empresa por ruta, en vez de abrirlas a la competencia.

El nuevo mapa concesional de líneas de autobús tiene que concretarse en la futura Ley de Movilidad Sostenible, que Gobierno tiene previsto aprobar en el mes de febrero, según aseguró la semana pasada el ministro de Transportes, Óscar Puente.

Será el mismo texto que ya aprobó el Ejecutivo en la anterior legislatura y en el que se plantea un recorte de líneas por considerarse obsoletas. La Ley se quedó varada en fase de tramitación parlamentaria, por el adelanto electoral, y tiene que estar aprobada antes de que acabe el año, porque forma parte de los compromisos legislativos con Bruselas a cambio de la recepción de fondos europeos.

El mapa concesional que planteó el anterior Ejecutivo pasaba por un recorte en el número de concesiones de 79 a 22. También reducía el número de localidades y pueblos con paradas y, en paralelo, abarataba los precios.