El INE ha confirmado que el IPC general subió 4 décimas al 3,2% en marzo, respecto al mismo mes de 2023, por el restablecimiento del IVA de la electricidad. La mejor noticia de este dato para los bolsillos de las familias es que la inflación de los alimentos se moderó al 4,3% en el mismo cálculo interanual, un mínimo desde 2021. Las subidas de precios en los supermercados y en las tiendas se han reducido a una cuarta parte desde el máximo del 16,6% alcanzado en febrero del pasado año.
Por su parte, el IPC (Índice de Precios de Consumo) subyacente, que excluye alimentos no elaborados y energía, seguió también reduciéndose, hasta 2 décimas en marzo, al 3,3%, lo que supone la menor tasa en los dos últimos años.
"Los datos de inflación siguen reflejando la capacidad de la economía española de compatibilizar el mayor crecimiento económico entre los principales países de la eurozona con una moderación de los precios y el mantenimiento de apoyo a los más vulnerables", defienden desde el Ministerio de Economía, Comercio y Empresa.
El salto del IPC general al 3,2% desde la inflación desde el 2,8% de febrero era de esperar por el efecto de la retirada de una de las medidas más importantes del Gobierno de colación contra la crisis de precios que se inició en la salida de la pandemia y que se exacerbó con la invasión rusa de Ucrania. En el actual contexto de normalización de los precios energéticos, el restablecimiento del IVA de la electricidad previo a junio de 2021 provoca un efecto inflacionista. Asimismo, el INE destaca una aceleración de los carburantes, en plena Semana Santa.
El IPC general ya repuntó al 3,4% en enero (de nuevo respecto al mismo mes de 2023). En ese momento, por el inicio de la retirada parcial de las medidas de choque para cumplir con el objetivo de déficit del 3%, tras el regreso de las reglas fiscales a la UE. Entonces, el IVA de la electricidad pasó del 5% al 10%, donde se mantuvo en febrero.
La moderación de la inflación de los alimentos es especialmente relevante para los hogares con menos ingresos porque las compras en los supermercados o en las tiendas suponen un mayor porcentaje del gasto total cuanto menos se gana. Es ahí donde está el principal foco de preocupación. Por esta razón, la reducción del IVA de los alimentos básicos sigue vigente, de momento hasta junio junto a los descuentos en el transporte público.
El descenso al 4,3% en marzo "se debió, en su mayor parte, a la bajada de los precios de legumbres y hortalizas, que aumentaron en el mismo mes de 2023. También influyó la subida de los precios de la carne, menor que en marzo de 2023", subrayan desde el INE. La que no da tregua es la inflación disparada del aceite de oliva, que se fue al 70%.
Este proceso de moderación de la crisis de precios (la inflación interanual lleva por debajo del 4% desde abril en nuestro país), junto a las mejoras de los salarios y de las pensiones, está permitiendo a las familias recuperar poco a poco la capacidad de consumo perdido en los últimos años, que se traslada al crecimiento económico.
Los grandes problemas para los hogares en España siguen siendo la inaccesibilidad de la vivienda, sobre todo en las grandes capitales, y la desigualdad. La Encuesta de Condiciones de Vida de 2023 confirmó que la respuesta social a los quebrantos encadenados de la pandemia y la invasión rusa de Ucrania ha llevado la desigualdad a mínimos. Sin embargo, la inflación y el mercado de la vivienda siguen dañando el poder adquisitivo y provocan la insatisfacción de buena parte de las familias trabajadoras.
En mayor o menor medida, dependiendo del sector, las empresas han trasladado el aumento de los costes a los precios que pagan las familias para defender sus márgenes de benificio y ganar más.
Actualmente, el principal riesgo respecto a la inflación es el impacto de las guerras que sufren Ucrania y Gaza en los precios energéticos y en los cuellos de botella del comercio mundial.
En esta última “milla” –según el lenguaje de la política monetaria– de la crisis de inflación, las subidas de precios se han concentrado en unos pocos sectores en nuestro país. En esta situación, la estrategia de “domar la inflación” –según la misma jerga económica– con los incrementos de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) está puesta en cuestión. De momento, la institución se niega a revertir la política de lanzallamas, que consiste en ahogar a familias, empresas y a los Estados para provocar una crisis y moderar así la inflación.