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Hermetismo absoluto en la cumbre Bilderberg que acoge Madrid con la participación de Albares y Cuerpo

Hermetismo absoluto en la cumbre Bilderberg que acoge Madrid con la participación de Albares y Cuerpo

A apenas media hora de coche hacia el norte de la Puerta del Sol de Madrid, en el Hotel Mirasierra, el club Bilderberg celebra su cumbre anual desde este jueves hasta el domingo. La Policía Nacional guarda la puerta del establecimiento, que se sitúa cerca del Palacio del Pardo. El hermetismo de lo que ocurre tras ella entre empresarios y políticos es absoluto, y así lo aceptan los representantes públicos de nuestro país que están invitados: el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; el ministro de Economía, Carlos Cuerpo; la presidenta del BEI, Nadia Calviño; el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos; y el ex secretario de Asuntos Exteriores, Ildefonso Castro, ahora en el Partido Popular (PP).

En la reunión anual entre el poder económico y político occidental (similar al foro de Davos pero más cerrado al resto de regiones), se incluye “Ucrania y el mundo” como uno de los temas de debate, pero se ignora explícitamente el genocidio de Israel en Gaza, y se menciona “Oriente Medio, Rusia y China”, junto a la inteligencia artificial, “el clima” o los retos económicos de Europa y Estados Unidos, según la exigua información proporcionada por la organización.

Entre los temas de debate, al igual que no se menciona a Palestina, tampoco se nombra el ascenso de la extrema derecha (pese a que las elecciones al Parlamento Europeo son el 9 de junio), ni ninguna desigualdad (ni económica, ni de género), ni ningún asunto relacionado con los impuestos y el mantenimiento del estado de bienestar.

Junto a Albares, Calviño o Cuerpo, acudirán otros seis españoles del mundo de la empresa: la presidenta ejecutiva del Banco Santander, Ana Patricia Botín, el de Acciona, José M. Entrecanales, el del Grupo Planeta y Atresmedia, José Creuheras, el director de El Español, Pedro J. Ramírez, el presidente del Real Instituto Elcano, José Juan Ruiz, y la presidenta de Coca-Cola Europacific Partners, Sol Daurella.

Según la lista publica por la organización del club Bilderberg, como anfitrión, España es el país europeo más representado, y casi duplica a los siete políticos y empresarios que acudieron a la reunión secreta de 2023, en Lisboa (Portugal). De entonces, repiten Botín, Entrecanales, Creuheras, Pedro J. Ramírez y Albares. Y faltan Belén Garijo, consejera delegada de Merck, y Esteban González Pons, del PP.

Cada uno de ellos acude para compartir información y perspectivas con empresarios y políticos de primer nivel principalmente de Estados Unidos, de la UE, de Reunido Unido y de Turquía, que van desde la consejero delegado de Citigroup, los presidentes del fondo del capital riesgo KKR, de la farmacéutica Pfizer, de Google o de Microsoft, el editor jefe de Bloomberg, cargos de The New York Times y del Financial Times, directivos de Goldman Sachs, de la Warner Bros, de Heineken, del banco francés Societé Générale o el consejero delegado de Ryanair. La Comisión Europea, la OTAN y la ONU tienen importantes delegaciones, y también el sector energético (Shell, BP, TotalEnergies...). Y llama la atención un nombre, el de Willem-Alexander, el rey de Países Bajos.

Lo poco que transciende de estas reuniones a la opinión pública lo decide la organización del propio club Bilderberg. “Como es una asociación privada, es ella la que lidera la comunicación”, reconoce una fuente conocedora, consultada por elDiario.es y que pide guardar el anonimato. “Bildeberg tiene un formato 'Chattam House' del que no se debe contar nada. Son las normas”, lamenta otro de los invitados, que también prefiere no ser citado.

La Chatham House es una vieja regla de la diplomacia internacional, que se establece en 1927 y que sirve para describir la celebración de debates sobre temas controvertidos en los que queda prohibido identificar en el exterior quién dijo qué, aunque sí se puede utilizar la información en los negocios y en la actividad de cada uno. El club Bilderberg también tiene historia. Se fundó en 1954 para fomentar el diálogo entre Europa y América del Norte, en pleno despliegue del Plan Marshall tras la II Guerra Mundial. En Madrid, cumple 70 ediciones, siempre bajo llave.

“Gracias al carácter privado de la reunión, los participantes participan a título individual y no a título oficial y, por tanto, no están sujetos a las convenciones de su cargo ni a posiciones pre acordadas. Como tal, pueden tomarse el tiempo para escuchar, reflexionar y recopilar ideas. No hay una agenda detallada, no se proponen resoluciones, no se votan ni se emiten declaraciones de políticas”, explica la organización de la cumbre.

Justo antes de la celebración de este foro, el Real Instituto Elcano, representado en Bildeberg y uno de los centros de análisis más importantes de España sobre política internacional y economía, publicó un informe titulado 'La competitividad de la Unión Europea frente a Estados Unidos: la brecha se agranda'. El documento advierte de que “la UE parece estar quedándose económica y tecnológicamente atrás respecto a la primera potencia mundial”. En la misma línea, el gobernador Hernández de Cos señaló que “Europa se está quedando atrás en términos de dinamismo económico con respecto al resto de grandes economías del mundo”, en uno de sus últimos discursos.

La llamada a un esfuerzo en la inversión pública y privada está en las mesas de Bildeberg, y choca con el restablecimiento de las reglas fiscales en la UE, que fueron suspendidas en 2020 para dar una respuesta social al shock de la pandemia. Por supuesto, también la guerra en Ucrania, lo que queda claro con la aparición en la lista de invitados del presidente de Finlandia, del primer ministro de Estonia, o de varios ministros de Polonia, Suecia y Noruega.