La potencia instalada en autoconsumo solar ha dado el sorpasso este año a la de todo el parque nuclear español. Un hito simbólico, impensable hace años, que se alcanza con varias empresas del sector en una situación muy delicada, tras meses de frenazo en la instalación de nueva potencia. Y que llega en un momento de cambio de paradigma, con las plantas de fotovoltaica sobre suelo convertidas por primera vez en la mayor fuente de generación de electricidad en España.
La Unión Española Fotovoltaica (UNEF) calcula que en los tres primeros meses de este año se instalaron más de 400 megavatios (MW) de autoconsumo. Se suman a los 6.955 MW que había a cierre de 2023 según UNEF, cuya previsión (no hay cifras oficiales fiables) es similar a la que manejaba en enero la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA).
En total, esas decenas de miles de pequeñas plantas de generación distribuida suman ya más de 7.300 MW instalados a 31 de marzo, frente a los 7.117 MW que tiene todo el parque nuclear español, abocado a un apagón progresivo que comenzará a finales de 2027.
Para Jon Macías, Head of Commercial & Marketing de Edison Next Spain y presidente de APPA Autoconsumo, “indudablemente estamos ante un hito del sector energético. En los dos últimos años hemos instalado dos terceras partes de todo el autoconsumo que existe en nuestro país y eso es un esfuerzo reseñable”. “Las empresas han tenido que trabajar muy duro para responder, pero sería deseable un ritmo más sostenido en el tiempo, aunque fuera menor en volumen”, añade.
Desde el punto de vista de la generación, autoconsumo y nuclear son como la noche y el día. “No hay que fijarse en la potencia, sino en la energía”, y ahí la nuclear “le da mil vueltas”, como resume el experto Francisco Valverde. Y es que, pese a perder mes a mes peso en el mix de potencia instalada (ya supone menos del 6%), la nuclear funciona casi de continuo, mientras el autoconsumo es intermitente por naturaleza.
La energía atómica sigue teniendo un peso muy relevante en la cesta de generación, pero el crecimiento de la solar es imparable. En mayo, la fotovoltaica (sin contar la aportación del autoconsumo, ni de la termosolar) ha sido por primera vez en la historia la primera fuente de generación en España, con más del 23% (más de 5.100 GWh) y picos en los que ha llegado a aportar el 75% de la electricidad en momentos puntuales del día. Ha superado a la eólica (20%) y la nuclear (en torno al 16,5%).
Las estadísticas (provisionales) de Red Eléctrica no tienen en cuenta al autoconsumo, en gran parte responsable de que la demanda eléctrica esté en mínimos de 20 años. APPA estimaba que a finales de 2023 el autoconsumo ya cubría en torno al 3% del consumo de electricidad. El presidente de la sección de Autoconsumo de esta patronal cree que a finales de este año “bien podría cubrirse el equivalente al 3,5%”.
En el arranque de este año, la caída en la instalación de nuevas plantas se ha moderado en el segmento doméstico, según el nuevo observatorio trimestral que acaba de crear UNEF. Su estimación es que hasta marzo se pusieron en marcha unos 93 MW, un 15% menos. Esto, en un contexto de altos de tipos de interés, drástica bajada de precios del mercado mayorista de electricidad (con valores negativos en momentos puntuales por primera vez en la historia) y fin de los fondos Next Generation, cuyas ayudas todavía no han llegado a beneficiarios que las pidieron hace más de dos años.
La moderación de la caída del autoconsumo residencial “nos da una cierta esperanza de que esté tocando suelo y llegando a ese nivel que sería normal”, señala el director general de UNEF, José Donoso. En el segmento comercial se han instalado hasta marzo unos 72,75 MW, un 22% menos. La gran caída en el arranque del año ha llegado en el autoconsumo industrial: un 30% menos, hasta 255 MW. UNEF lo atribuye a que los periodos de maduración de estos proyectos, los más grandes, son más largos.
Pese a la alarma generada por la crisis de empresas de este sector como Holaluz, EiDF o Solarprofit, en el sector recuerdan que hace años, cuando estaba en vigor el famoso impuesto al sol del PP, era impensable que en España se instalaran cada año 400 MW de autoconsumo, como en este primer trimestre. En otros tiempos “eso se hacía en cinco años”, rememora Francisco Valverde. “En aquella época, nuestra mejor estimación era de 300-400 MW al año”, coincide el director general de UNEF.
A finales de 2021, el Ministerio para la Transición Ecológica planteaba que el autoconsumo alcanzase los 9 gigavatios (GW) ya en 2030, cifra que entonces elevaba hasta 14 GW “en el caso de darse un escenario muy favorable de alta penetración”. Luego llegó la guerra en Ucrania y la explosión de precios de la luz de 2022, una “tormenta perfecta”, como señala Jon Macías, que unida a los costes competitivos de la tecnología, las ayudas europeas y un acceso al crédito más sencillo “hizo que se alcanzaran unos números que no eran coherentes con la trayectoria”.
El resultado, un boom histórico de 2.507 MW en 2022, con el sector demandando miles de puestos de trabajo porque la mano de obra no daba abasto. En 2023 llegó la resaca, con una caída del 32%, en un contexto de altos de tipos de interés, bajada de los precios del mercado mayorista de electricidad y lentitud administrativa para cobrar las ayudas. El pasado ejercicio el mayor pinchazo (54%) se vio en el sector residencial, seguido del comercial (-42%) y el industrial (-13%), que es el que más está sufriendo ahora.
“Velocidad de crucero”Francisco Valverde cree posible que, tras las caídas de los últimos meses, “se haya llegado a una velocidad de crucero”, donde el mercado no dependa de la existencia de ayudas, ni de los bajos precios del mercado mayorista, y funcione “el boca a boca de lo contenta que está la gente que se lo ha puesto”.
Como señala Jon Macías, pese al retroceso de 2023, “si calculamos respecto a la cifra de 2021, vemos un incremento del 69% de la potencia instalada”. “2023 y 2024 están siendo años en los que pulsamos la verdadera realidad del sector”, añade.
“Esto no es como hace un par de años, cuando los precios estaban disparados y encima había ayudas. Pero no está nada mal”, resume Valverde.
El presidente de APPA Autoconsumo pide “pedagogía. Si una instalación de autoconsumo residencial recupera su inversión en siete años en vez de en cuatro es algo totalmente despreciable frente a un sistema que va a estar funcionando más de veinticinco años. Debemos transmitir a la sociedad el hecho de que estas instalaciones son rentables, se pagan solas con los ahorros en pocos años y después todo es beneficio, económico, por supuesto, pero también medioambiental”.
Macías cree que a finales de este año “tendremos una fotografía más nítida de la situación del sector”. Para alcanzar los 19 GW de autoconsumo marcados como objetivo en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para 2030 “necesitamos instalar 1,7 GW anuales, cifras que son realistas aunque ambiciosas”.
Ya sin fondos europeos disponibles, UNEF ha reclamado “eliminar barreras administrativas que todavía quedan para el autoconsumo colectivo y las comunidades energéticas” y desgravaciones fiscales: exención en el IVA para el autoconsumo residencial, como en Alemania o Países Bajos, y en Sociedades para empresas.
Macías también reclama a los poderes públicos un “esfuerzo” por contar con cifras fiables de instalación de estas plantas, ya que las únicas estimaciones que se manejan son de las propias asociaciones sectoriales.
Para el presidente de APPA Autoconsumo, “es muy importante que las Administraciones hagan un esfuerzo coordinado con todos los actores para contar con estadísticas oficiales del autoconsumo. No puede ser que una tecnología y forma de generación que supera en potencia a la nuclear y que va a generar ya el equivalente al 3,5% de la demanda, no cuente con estadísticas oficiales”.
Y en un país donde cerca del 65% de la población vive en pisos, una de las grandes palancas de crecimiento futuro en el segmento doméstico pasa por el autoconsumo colectivo, que no termina de despegar: el marco normativo no termina de aclararse y a ello se suma la complejidad de poner de acuerdo a una comunidad de vecinos para ponerse placas.
En la modalidad colectiva “está todo por hacer”, resume Francisco Valverde, que cree que “en algún momento explotará”. El pasado jueves, la Alianza por el Autoconsumo y la Asociación de Municipios y Entidades por la Energía Pública (AMEP) reclamaron un cambio en el sistema de retribución para las empresas distribuidoras para incentivar esta alternativa, de cara a la consulta pública que acaba de abrir la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para revisar la metodología de retribución de la distribución para el periodo 2026-2031.
Estas entidades consideran que “en el modelo actual las empresas distribuidoras no tienen incentivos para cumplir los plazos de activación de autoconsumo colectivo establecidos en la norma, lo que provoca un retraso inasumible para la transición energética”.