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El FMI recomienda al BCE recortar los tipos de interés desde el 4,25% actual al 2,5% en 2025

El FMI recomienda al BCE recortar los tipos de interés desde el 4,25% actual al 2,5% en 2025

Las familias con hipotecas variables y también las que necesitan un préstamo tienen un aliado inesperado. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha recomendado al Banco Central Europeo (BCE) que recorte los tipos de interés oficiales desde el 4,25% actual al 2,5% de aquí a la segunda mitad 2025.

El FMI advierte de que, en estos momentos, la política monetaria en la eurozona es “excesivamente restrictiva”.

El organismo considera que una suavización “continuada y gradual” de las condiciones de financiación permitiría “mantener ancladas las expectativas de inflación”, que es el principal mandato. Concretamente, en el objetivo teórico del 2%, que las propias proyecciones del BCE ya confían en que se alcance en los próximos meses.

“La prevista senda de desinflación y los riesgos equilibrados en torno a ella —basándose en información actual— implican que los tipos de interés pueden reducirse gradualmente para lograr una posición neutra —coherente con un tipo de interés oficial de en torno al 2,5 %— para final del tercer trimestre de 2025”, apunta el FMI en un informe sobre la eurozona.

A principios de junio, el BCE bajó los tipos de interés oficiales por primera vez en este ciclo de austeridad que inició en 2022 para luchar contra la escalada de los precios. Exactamente, los recortó 0,25 puntos, del 4,5% al 4,25%.

Con esta decisión, la institución que preside Christine Lagarde insufla oxígeno al crecimiento de la economía de la eurozona, donde reina la debilidad (sobre todo en Alemania), con la excepción destacada de España por la creación récord de puestos de trabajo (y de más calidad) y por la fortaleza del turismo y del resto del sector exterior.

El BCE comenzó así a revertir la una agresiva política que ha asfixiado a las familias hipotecadas en los últimos meses y que ha dañado el consumo en general y la inversión de las empresas y a la actividad en conjunto.

Lo que no está claro es qué hará el consejo de gobierno de la institución en sus siguientes reuniones ordinarias de julio y de septiembre, y si esta primera bajada del 'precio' oficial del dinero se quedará solo en un acto simbólico. “Nos basaremos en los datos y decidiremos reunión a reunión”, dice el BCE en su comunicado del 6 de junio.

En julio de 2022, el BCE inició la estrategia clásica de lucha contra los incrementos de precios de la política monetaria, subiendo los tipos de interés de referencia —respecto a los que por ejemplo se fija el Euríbor, que en las últimas semanas ha adelantado el recorte de este jueves (en el gráfico)—, desde el 0% hasta el 4,5% donde los dejó en el otoño de 2023.

“Sobre la base de una evaluación actualizada de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la fortaleza de la transmisión de la política monetaria, ahora resulta apropiado moderar el grado de restricción de la política monetaria después de nueve meses de mantener las tasas estables”, admitió el comunicado del propio BCE.

La austeridad monetaria, compartida con todos los bancos centrales de los países occidentales, ha buscado ahogar a las familias y a las empresas encareciendo las hipotecas y el resto de préstamos para golpear la demanda y, por tanto, moderar la inflación, como consecuencia. Una política de “lanzallamas” con la que el BCE, efectivamente, ha hecho el daño, pero con la que apenas ha participado en la normalización de las subidas de precios —el mandato principal de la institución—.

Las subidas de los tipos de interés han asumido el riesgo de llevar a las economías de la eurozona a una recesión y, al mismo tiempo, han ignorado que la inflación que intentaban aplacar estaba más relacionada con cuestiones de la oferta que de la demanda: los cuellos de botella en comercio mundial en la salida de las restricciones sanitarias por la pandemia, la crisis energética que se engendró por la misma razón y que exacerbó la invasión rusa de Ucrania...

Así, la inflación se empezó a moderar en toda la eurozona, y especialmente en España, desde mediados de 2022 y en 2023, con el abaratamiento de la electricidad, del gas y de los carburantes, antes de que el BCE llevará los tipos de interés a máximos no vistos desde 2008. De hecho, las estimaciones de marzo de este 2024 de los economistas de la institución ya confiaban en que las subidas de precios se quedarán cerca del objetivo teórico del 2% hacia finales de este 2024, de media en la eurozona.

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