La economía española creció en el segundo trimestre el 0,4 %, una décima menos que en el primero, debido a la debilidad del consumo y la inversión empresarial y pese a la mejora del sector exterior, según ha revisado este lunes el Instituto Nacional de Estadística (INE).
El crecimiento del empleo, medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, se ha incrementado al 0,5 %, una décima menos que en el trimestre anterior.
El crecimiento económico se apoya en el dinamismo del sector exterior, con un aumento de las exportaciones del 1,7 % y un avance de las importaciones del 0,9 %.
Por su parte, la demanda interna creció el 0,1 %, tres décimas menos que en el trimestre anterior, con un comportamiento plano tanto del consumo de los hogares como de la inversión, por la contracción del 1,7 % de la inversión empresarial.
La tasa interanual de crecimiento económico (2 %, dos décimas menos que en el trimestre precedente) refleja el cambio de patrón en la evolución de la economía, ya que la contribución de la demanda externa ha subido de 0,2 a 1 punto, igualando la de la demanda interna, que ha bajado de los 1,9 puntos del trimestre precedente.
Por ramas de actividad, la construcción registró el mayor crecimiento trimestral (0,8 %), seguida del sector servicios (0,5 %) y la industria (0,5 %), si bien la industria manufacturera se mantuvo plana, en tanto que la agricultura moderó su caída al 2,7 %.
En términos interanuales, el empleo creció el 2,5 %, dos décimas menos que en el primer trimestre, lo que supone un incremento de 446.000 puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en un año.
En comparación interanual, la creación de empleo cayó en la agricultura (1,6 %) y mantuvo el ritmo de crecimiento en los servicios (2,7 %) y la industria (1,4 %), mientras que se redujo a la mitad en la construcción (5 %).
El número de horas efectivamente trabajadas aumentó un 1,3 % anual, 1,2 puntos menos que el trimestre anterior, mientras que la productividad por puesto de trabajo equivalente a tiempo completo cayó el 0,5 %, una décima menos que un trimestre antes, y la productividad por hora efectivamente trabajada creció el 0,7 %, frente a la caída del 0,3 % del trimestre anterior.
El coste laboral unitario creció un 2,8 % respecto al segundo trimestre de 2018, una tasa 1 punto superior a la variación del 1,8 % registrada por el deflactor implícito de la economía -que recoge el efecto de la inflación-.
En lo que respecta a las rentas, la remuneración de los asalariados creció el 5,2 % anual (dos décimas más que en el primer trimestre), en mayor medida por el aumento del número de asalariados (2,7 %), aunque también por la subida de la remuneración media por asalariado (2,4 %).
El excedente de explotación bruto (margen empresarial) se incrementó un 3,3 %, 1,7 puntos más que en el primer trimestre, mientras que la cuantía devengada en impuestos netos sobre la producción y las importaciones creció el 1 %, frente al 4,4 % del trimestre anterior.