España se ha abstenido en la votación en la que la imposición de las tasas no ha tenido la mayoría cualificada en contra (quince estados miembros que representen al 65% de la población europea) que se requería para tumbar la medida. La pelota queda en el tejado de Bruselas, que defiende firmemente el incremento de los recargos
No ha habido fumata blanca, pero tampoco se ha rechazado. La división en la UE por los aranceles al coche eléctrico chino es total y los países han dejado la pelota en el tejado de la Comisión Europea, que es la que tiene la competencia en materia comercial, para tomar una decisión definitiva.
Diez países se han posicionado a favor del incremento de los aranceles, cinco los han rechazado, pero la mayoría (doce) se han abstenido. Tumbar los aranceles requería de la mayoría cualificada de la UE (al menos quince estados miembros que representen al 65% de la población tendrían que haber votado en contra). Tampoco ha tenido una mayoría simple en contra, por lo que la decisión final depende de la Comisión Europea, que siempre se ha manifestado a favor de los aranceles para proteger el mercado de la UE.
España se abstieneEspaña se ha abstenido en la votación en línea con lo que había deslizado Pedro Sánchez durante su viaje a China hace unas semanas, desde donde dio un giro a la posición al reclamar a la Comisión Europea que reconsiderara los aranceles. Esa posición, que el Gobierno ha justificado en la necesidad de huir de una “guerra comercial”, la defendió el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en una carta que envió al vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, en la que pedía intentar la negociación con Pekín.
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