El organismo considera que por cada trabajador subvencionado a través de esta herramienta se salvaron entre 1,1 y 2,2 puestos de trabajo, y que la factura al final fue positiva para las arcas del Estado
Los ERTE que no se convirtieron en ERE, una historia de éxito del mercado laboral
Que los ERTE fueron una red que contuvo cientos de miles de empleos durante la pandemia es algo que nadie discute. Al final, pese a los malos augurios, el tiempo también demostró que no se convirtieron masivamente en ERE (despidos colectivos).
El informe Preparar los ERTE para el futuro: Evaluación del apoyo al mantenimiento del empleo en España durante la pandemia de COVID-19, presentado esta mañana en Madrid por el economista Alexander Hijzen, apunta que la herramienta fue “altamente eficaz en la preservación de puestos de trabajo”.
No solo de los más de cuatro millones de personas trabajadoras cubiertas por los ERTE en algún momento de la crisis por la pandemia, sino que su efecto fue multiplicador. El efecto del ERTE sobre el empleo agregado fue superior aún a la protección de los trabajadores acogidos a la herramienta, indica el organismo internacional.
Se salvaron hasta dos empleos por cada uno en ERTELos ERTE evitaron los despidos masivos ante el cese de actividad y las restricciones por la pandemia, una reacción además habitual en el mercado laboral español ante las crisis. Se evitó así que muchas de estas personas acabaran en el paro, pero la OCDE también señala otros efectos positivos, como “su papel en la prevención de los efectos de congestión” en los mercados laborales.
Estos efectos de congestión “surgen cuando muchos solicitantes de empleo compiten por un número limitado de vacantes durante una recesión económica”. Hay que tener en cuenta que España ya cuenta con un elevado nivel de paro, en ese momento más de tres millones de personas, que habrían pasado a competir con otras cientos de miles más desempleadas por la COVID. Esa situación se traduce al final “en un aumento de la duración prevista del desempleo”, explica la OCDE.
El estudio recoge que los efectos de congestión aumentaron el efecto del ERTE sobre el empleo “en un 50% o más”. Como resultado, “el efecto del ERTE sobre el empleo agregado supera el nivel de absorción”. Los cálculos de la OCDE sitúan que por cada trabajador cubierto por los ERTE “se salvaron entre 1,1 y 2,2 puestos de trabajo”.
Según el estudio, en ausencia de ayudas al mantenimiento del empleo, la tasa de paro habría sido “al menos cuatro puntos porcentuales superior” a su tasa real de media durante los 18 meses transcurridos desde marzo de 2020.
Una inversión que evitó un coste mayor en paroUna de las consencuencias de este importante efecto protector en el empleo, no solo de las personas cubiertas por los ERTE sino también del “efecto congestión” sobre el mercado laboral, fue un gran ahorro en prestaciones por desempleo en España, apunta la OCDE.
De nuevo, la conclusión del organismo internacional puede sorprender. Los ERTE fueron una herramienta muy costosa, de unos 35.000 millones de euros, que supusieron un esfuerzo para las arcas del Estado con la finalidad de proteger el empleo y el tejido productivo de las empresas en un momento de crisis.
Hay quien discutía si era un esfuerzo necesario o no, si se justificaba este desembolso de dinero público para la protección de este colectivo durante el shock por la pandemia, pero ahora la OCDE revela que ese dinero fue una inversión que salió a cuenta a España. La factura fue positiva para las arcas del Estado, indica.
El estudio concluye que “el saldo presupuestario del apoyo a la conservación del empleo fue positivo”. “Es decir, el coste del apoyo al empleo se compensó con creces con menores gastos en prestaciones por desempleo y mayores ingresos fiscales”.