El 1 de enero, abandonará el cargo de presidente ejecutivo de Caixabank, la entidad participada por el Estado, tras percibir más de 11,2 millones de euros desde que fue nombrado al frente de Bankia en 2012
José Ignacio Goirigolzarri dimite como presidente de CaixaBank y es sustituido por Tomás Muniesa
Este miércoles, Caixabank ha confirmado un adiós que muy pocos esperaban en el sector financiero, pese a que era un movimiento que tarde o temprano iba a ocurrir: la marcha de José Ignacio Goirigolzarri de la presidencia de Caixabank a partir del próximo 1 de enero de 2025.
Nacido en Bilbao en 1954 y licenciado en Economía por la universidad de Deusto, Goirigolzarri es un superviviente de la gran banca española, con el bagaje, sobre todo, de haber pilotado el rescate de Bankia. Tras la fusión de esta con Caixabank en 2021, ha ejercido como presidente ejecutivo, en una entidad en la que el Estado mantiene el 17% del accionariado. Sin embargo, el poder ejecutivo estaba –y seguirá– en manos del consejero delegado, Gonzalo Gortázar, con CriteriaCaixa, el holding de la Fundación Bancaria La Caixa, como primer accionista, con el 31,7% del capital.
“No he venido aquí a depurar responsabilidades”. Esa fue la respuesta de Goirigolzarri a los medios de comunicación cuando en mayo de 2012, en plena crisis financiera, fue nombrado presidente de Bankia después de que la entidad saltara por los aires en el descalabro de las cajas de ahorros. Fue el elegido para sustituir a Rodrigo Rato en la presidencia de Bankia, con la misión de tratar de poner orden a sus finanzas. Lo consiguió porque el Estado entró en el capital de la entidad con una inyección de fondos públicos de más de 20.000 millones de euros con la que solventar una gestión por la que ningún responsable de la entidad ha acabado siendo condenado.
Goirigolzarri estuvo casi una década al frente de Bankia, desde ese 2012 y hasta 2021, cuando se concretó su fusión con Caixabank. En realidad, esa fue su segunda vida en el sector financiero. Su primera experiencia al mando de un gran banco la vivió en el BBVA, donde estuvo casi tres décadas, procedente del antiguo Banco Bilbao.
Mano derecha de Francisco González en BBVAAhora, en el momento de decir adiós a Caixabank, Goirigolzarri tiene 70 años. En 2009, tenía 55. Fue entonces cuando pactó con BBVA una jubilación anticipada y dorada, que le duró menos de tres años.
Cuando la burbuja ya comenzaba a pincharse y medio mundo vivía una gran crisis financiera, Goirigolzarri presentó su dimisión como consejero delegado de BBVA, cargo que había ejercido durante nueve años. El motivo, según publicaron varios medios: que Francisco González había decidido permanecer como presidente de la entidad, al menos hasta cumplir los 70. Su cargo pasó a manos de Ángel Cano, que permaneció casi cinco años, cuando fue relevado por Carlos Torres. En realidad, el poder de BBVA permaneció en manos de González, hasta que en 2019 dijo adiós tras el escándalo Villarejo, un juicio aún pendiente de sentencia.
Tampoco su llegada al puesto de consejero delegado de BBVA estuvo exenta de polémica, porque llegó después de que los exdirigentes del antiguo BBV, Emilio Ybarra y Pedro Luis Uriarte, tuviesen que dimitir al descubrirse que el banco mantenía cuentas secretas en el paraíso fiscal de Jersey para financiar sus remuneraciones. Les costó el cargo. En ese momento, diversas fuentes señalaron a Francisco González, que contaba con el respaldo del Ejecutivo de José María Aznar, de una filtración que le permitió auparse a la presidencia de BBVA. Ybarra, que falleció en 2019, acabó siendo condenado por la Audiencia Nacional en 2005, pero solo a seis meses de cárcel, por un delito de apropiación indebida, ya que tuvo en cuenta atenuantes de “confesión”.
Su sueldo en Bankia y CaixabankTras su nombramiento como presidente de Bankia en 2012, la entidad rescatada le fijó un sueldo de 500.000 euros, que mantuvo durante cinco ejercicios consecutivos, aunque durante años posteriores lo elevó a 800.000. Durante la pandemia, volvió a recortarse su retribución hasta los 500.000 euros. Sin embargo, la fusión con Caixabank volvió a inyectar oxígeno a su sueldo, que el año pasado alcanzó los 2,25 millones de euros. En conjunto, desde que Goirigolzarri se puso al frente de Bankia y en la posterior presidencia de Caixabank ha percibido más de 11,2 millones de euros.
Ahora, como presidente, aunque no ejecutivo de Caixabank, le sustituye Tomás Muniesa, un hombre de la casa. Muniesa ha estado al frente del negocio asegurador –VidaCaixa y SegurCaixa Adeslas– y desde abril de 2018 ya ejercía como vicepresidente, así que no será una revolución interna.
Muniesa lleva casi 50 años en el banco, al que se incorporó en 1976 y ya es miembro del consejo de administración, donde está en representación de Criteria. No se incorporará al cargo hasta el próximo 1 de enero y no tendrá tanto poder como Goirigolzarri, porque todos los cargos ejecutivos permanecen en manos de Gonzalo Gortázar.