El grupo textil tiene previsto cerrar 500 establecimientos en todo el mundo, tras disparar sus pérdidas en los últimos años, y reducirá su red de fábricas
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Benetton ha pasado en solo unos años de ser una de las grandes marcas del comercio textil europeo a verse inmersa en una espiral que va a saldarse con centenares de despidos, cierres de tiendas y reorganización de fábricas.
Los problemas de Benetton vienen de atrás, los arrastra desde hace años. Sin embargo, hace poco más de una década se codeaba con los grandes del sector textil europeo. De hecho, llegó a hablarse de una operación corporativa que ligase la multinacional italiana con Inditex, la matriz de Zara. Desde esa posible integración, que no pasó de ser un rumor en los mercados bursátiles, la compañía gallega se ha convertido en la mayor multinacional del 'retail' de Europa, mientras que la empresa italiana está ahora buscando una nueva mutación que le permita seguir operando y volver a tener la rentabilidad del pasado.
En España, el último paso de este proceso de reestructuración lo ha dado en los primeros días del año, con la presentación de un expediente de regulación de empleo (ERE) que, de entrada, afectará a 166 personas de las más de 700 que integran su plantilla en España.
La mayor parte de los puestos de trabajo en entredicho, a la espera de cómo se concreten las negociaciones con los representantes sindicales, corresponde a las tiendas, porque Benetton tiene previsto el cierre de una treintena de establecimientos, la mayor parte de ellos en las localidades pequeñas, que no considera prioritarias. Fuentes sindicales explican que las negociaciones sobre los despidos están en una fase inicial y que se va a buscar que la inclusión en el despido colectivo sea voluntaria.
Ser más pequeña para volver a ser rentableBenetton, que no ha contestado a las preguntas remitidas por elDiario.es, no circunscribe el problema a España, una filial de la que lleva varios años sin presentar cuentas en el Registro Mercantil, según figura en la plataforma Insight View. La multinacional habla de una reestructuración global.
A finales de noviembre, su consejero delegado, Claudio Sforza –que lleva en el cargo desde mayo– reconoció en una entrevista que la compañía va a cerrar medio millar de tiendas en todo el mundo. También reducirá la oferta de prendas que tiene a la venta, para centrarse en líneas “más reconocibles” para su clientela y eliminará duplicidades en los equipos, por ejemplo, con su otra marca, Sisley.
Además, la compañía transalpina va a reducir su producción en las fábricas que actualmente proveen sus prendas. En concreto, Benetton Manufacturing lo hará en plantas situadas en Túnez y Serbia, que también fabricarán para otras empresas, según argumentó Sforza en la citada entrevista. Al mismo tiempo, cerrará otra factoría en Europa, en Croacia.
Benetton está controlada por la familia que da nombre a la empresa mediante una sociedad paraguas llamada Edizione. A través de esta, gestionan empresas de todo tipo. Por ejemplo, son accionistas de referencia de Cellnex, el grupo español de infraestructuras de telecomunicaciones. Edizione también tiene intereses en el negocio de las autopistas, los aeropuertos y las finanzas. En este último caso, a través de Mediobanca.
Exterior de una tienda de Benetton en MadridEn las últimas cuentas publicadas, las del año 2023, Edizione desglosa los problemas del grupo Benetton y su situación financiera, aunque sin dar detalles sobre mercados concretos, como España. Explica que, en ese año, las pérdidas netas de la empresa textil alcanzaron los 235 millones de euros. Un año antes, perdió 81 millones. Mientras, su deuda estaba en 460 millones de euros. Esa deuda incluía un crédito a medio y largo plazo con diferentes entidades bancarias, que no desvela. “A 31 de diciembre de 2023, la compañía ha incumplido determinadas obligaciones financieras vinculadas al préstamo, lo que puede dar lugar a una amortización anticipada” durante los 12 meses siguientes. Es decir, en el 2024 que acaba de terminar.
“A la vista de esa situación”, explica Edizione en ese informe, la empresa puso en marcha una nueva estrategia, que ahora deriva en el cierre de tiendas y el recorte de puestos de trabajo. “El plan incluye, por un lado, medidas diseñadas para la reducción de costes. Y, por otro, cambios en el modelo operativo y el relanzamiento de la marca”. Un cambio estratégico que, además, conlleva el respaldo financiero de la propia Edizione y de los bancos acreedores.
El portazo de su fundadorAl margen de la situación financiera, la crisis de Benetton también ha dado lugar a más polémicas. Después de que la empresa detallase esa situación económica, su fundador Luciano Benetton anunció que dejaba la empresa. Lo hizo a través de una entrevista en El Corriere della Sera en la que cuestiona el modelo de gestión. “Fui traicionado en el verdadero sentido de la palabra”, criticó. “Hace unos meses me di cuenta de que algo andaba mal. Que la fotografía del grupo, la que nos repetía la alta dirección en los consejos de administración, no era real”.
Luciano Benettón ya había dejado antes la empresa, en 2012, aunque volvió en 2018. Cuando la abandonó, hace algo más de una década, la familia italiana había decidido dejar de cotizar en bolsa, donde su brillo había ido apagándose. En el año 2000, Benetton valía en el parqué cerca de 4.300 millones de dólares (casi 4.200 millones de euros al cambio actual), mientras que a finales de 2011 ese valor se quedaba en 720 millones de dólares, según un análisis realizado por Harvard Business School.
“En uno de los consejos de administración explotó la bomba. De repente, presentaron un agujero presupuestario dramático, que nos dejó sin aliento”, aseguró Luciano Benetton en la mencionada entrevista. Lo cifró en cerca de 100 millones de euros. “Por mi parte, fue grave haber confiado y pensado que eran conscientes y responsables”, recalcó. “En resumen, confié y me equivoqué”, sentenció.