La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha publicado un estudio sobre la formación vial en el que examina métodos de actuación relativos al funcionamiento de las autoescuelas y a facilitar la obtención del carnet de conducir. Una de sus principales conclusiones es que los servicios de formación vial se encuentran sujetos a “unas reglas muy estrictas”, que, en algunos casos, “podrían no ser necesarias” y estar limitando el acceso al carnet de conducir a determinados colectivos o a la población de zonas rurales, donde la presencia de autoescuelas es menor.

En el documento, Competencia propone además nuevas medidas de actuación para adaptar el sector a las necesidades de los futuros conductores. Entre las principales novedades, la posibilidad de aprender a conducir acompañados de tutores no profesionales, sin necesidad de apuntarse a una autoescuela, siguiendo el modelo de otros países.

Esta medida buscaría favorecer que los ciudadanos, especialmente los de las zonas menos pobladas y menos accesibles, puedan tener acceso a sacarse el carnet de conducir. “Muchos de los que acuden a autoescuelas a aprender a conducir, además, son jóvenes, que necesitan el carnet para su vida personal y profesional y que, en general, tienen ingresos por debajo de la media”, explica la CNMC. 

En concreto, la CNMC ha examinado la formación ofrecida en las autoescuelas para la obtención de licencias de conducción y permisos especiales como los de camiones y autobuses -CAP- o los de mercancías peligrosas -ADR- y para la recuperación de puntos. Así, basándose en la información recabada durante el estudio y comparándola con los tipos de enseñanza y métodos de otros países, Competencia propone una serie de recomendaciones que supondrían importantes cambios:

La primera propuesta llevada a cabo por Competencia propone “flexibilizar el aprendizaje de la conducción”. Así, la CNMC plantea que los alumnos puedan aprender a conducir acompañados de tutores no profesionales, por ejemplo, un familiar. Esta práctica ya está siendo utilizada en varios países en la actualidad, como Alemania, donde se implantó en 2006, o Estados Unidos, donde lleva funcionando desde hace más de 20 años.

“Una diferencia de muchos países con España es que en ellos se permite aprender a conducir acompañado de un tutor no profesional (como un familiar cercano y en el coche familiar). Es decir, no es obligatorio recibir toda la formación en una autoescuela”, explica la CNMC.

De igual manera, la entidad invita a “facilitar más alternativas de formación, incluyendo métodos digitales y online”, gracias a los cuales los alumnos podrán contar con varios métodos de aprendizaje alternativos.

Por otro lado, la Comisión también busca limitar las condiciones a las autoescuelas con su segunda medida, “reducir las barreras a la actividad de las autoescuelas” tales como la obligación de ser titular de un vehículo y local físico. Por otro lado, la CNMC también aconseja “facilitar la prestación de varios tipos de formación en un mismo centro”.

En tercer lugar, en el estudio se propone “facilitar el acceso a las profesiones de formación vial”, es decir, simplicficar los requisitos para ser diretos o prefesor de autoescuela. De esta manera, se recomiendan tomar acciones como eliminar los certificados para ser director de una autoescuela, simplificar las oportunidades para que un profesor pueda impartir varios tipos de formación o facilitar la formación de docentes en el sector.

Asimismo, la entidad propone “seguir mejorando la gestión de la capacidad de examen aumentando la transparencia del sistema, reforzando su equilibrio y dando más capacidad de decisión a los alumnos”. De esta forma, también se plantea la posibilidad de asignar los exámenes a los alumnos en vez de a las autoescuelas.

Por último, la CNMC propone “fomentar la transparencia y el equilibrio competitivo”. Para ello, se busca dotar a los alumnos de informaciones más completas como las relacionadas con la tasa de aprobados o permitir que sean ellos mismos quienes hagan los trámites directamente con tráfico.

Además, para que esta medida tuviese eficacia, la entidad propone “garantizar un acceso adecuado a terrenos de práctica y de examen y facilitar el uso directo de la herramienta de gestión de expedientes de la DGT”.

La CNMC argumenta que se trata de un sector conformado por pequeñas empresas y muy regulado, ya que solo las autoescuelas autorizadas pueden enseñar la conducción y estas necesitan obtener licencias de cada tipo de formación. Por lo que el proceso de obtención de una licencia es demasiado complejo.

Así, Competencia considera que la falta de transparencia y el desborde en las capacidades de las autoescuelas -entre otros- pueden conllevar a perjuicios en los alumnos, complicando su aprendizaje. Por ello, el estudio plantea las medidas como una manera de “reforzar el funcionamiento del sector”.

Como indica el organismo, la implantación de estas medidas podría suponer principalmente “una mayor oferta de servicios de formación para conductores, así como mayor facilidad para la adquisición de experiencia de conducción previa a la obtención del permiso definitivo”.

Además, también podrían ayudar a tener “menores costes para las empresas que llevan a cabo la actividad”, “una mayor transparencia en los mercados” y “más flexibilidad e incentivos para que los centros de formación puedan innovar y ofrecer una formación de calidad”.