Si Amancio Ortega, Rafael del Pino Calvo-Sotelo y Juan Roig juntaran todo su dinero, la suma resultante serían 185.000 millones de euros. El cálculo lo hizo el periodista Gabriel Ubieto a partir del informe que Oxfam ha publicado esta semana coincidiendo como cada año con la celebración del Foro de Davos.

En ese listado, que se ha confeccionado en base a la lista Forbes, aparecen otros nombres conocidos, aunque en posiciones menos destacadas. Están desde Florentino Pérez a Sol Daurella, Manuel Lao o Carmen Thyssen. Por cierto, en la página de Forbes se puede comprobar en tiempo real a quién le está yendo bien el día en términos de ganancias y quién está teniendo una jornada peor, si es que en esas alturas se puede hablar de días malos.

Según el estudio de Oxfam, los milmillonarios cada vez consiguen acumular más fortuna a mayor velocidad. Así, el año pasado, la riqueza conjunta de los megaricos del mundo creció tres veces más rápido que en 2023. Para que se hagan una idea, el promedio fue de dos millones de dólares más al día. En el caso de los diez hombres más acaudalados del mundo se incrementó, de promedio, en casi 100 millones de dólares al día.

Si usted no forma parte de este exclusivo club, que sepa que un 60% de esa riqueza es heredada. En 2023, por primera vez en la historia, surgieron más milmillonarios gracias a herencias que como resultado del emprendimiento. O sea que esto no va de esfuerzo ni meritocracia sino de cuna.

Más ricos y con mayores fortunas. La media es de cuatro milmillonarios más a la semana en un mundo en el que la cifra de pobres está prácticamente estancada desde la década de los 90. La desigualdad es esto.

Algunos de esos millonarios, desde Elon Musk a Jeff Bezos o Mark Zuckerberg, estuvieron en la toma de posesión de Trump. Traducido a cifras, en base al cálculo de Forbes, serían las siguientes: el propietario de X y Tesla tiene una fortuna de 433.900 millones de dólares. El patrimonio del fundador de Amazon es 239.400 millones de dólares y el de Meta acumula 211.800 millones. Ya no solo existe la oligarquía de Putin. Ahora está también la de Trump.

Un informe del Banco Mundial publicado en octubre del 2024 señalaba que, al ritmo actual, podría ser necesario más de un siglo para eliminar la pobreza tal como se la define en casi la mitad del mundo, es decir, aquellas personas que viven con menos de 8,85 dólares al día. Si nos fijamos en la pobreza extrema, casi 700 millones de personas —el 8,5 % de la población mundial— viven con menos de 2,15 dólares al día. El cálculo del Banco Mundial prevé que el 7,3 % de la población se encontrará en situación de pobreza extrema en 2030.

Para revertir esta situación habría que ir en el sentido contrario al que vamos. Oxfam señala que, desde 2022, la inmensa mayoría de los países presentan tendencias negativas en materia de desigualdad. Por ejemplo, cuatro de cada cinco países han recortado el porcentaje de su presupuesto destinado a educación, salud y protección social. También se reduce la fiscalidad progresiva y en nueve de cada 10 se ha retrocedido en derechos laborales. Un mundo que cada vez se asemeja más al que soñó Margaret Thatcher.