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Von der Leyen presenta su plan para competir con EEUU y China sin abrir el melón de la financiación

Von der Leyen presenta su plan para competir con EEUU y China sin abrir el melón de la financiación

La Comisión Europea presenta una 'Brújula de la Competitividad' que reitera la necesidad de simplificar los trámites administrativos comprometiéndose a eliminar exigencias a las empresas y plantea la introducción del 'Europe first' en la contratación pública

Cuando el tamaño importa: a Europa se le atraganta competir sin ‘campeones’ y con un 99% de pequeñas empresas

Pelear por no quedarse atrás frente a potencias como EEUU y China o al menos minimizar la brecha existente es el gran desafío que tiene la Unión Europea por delante.

Y el reto al que lleva dedicado bastante esfuerzo con informes, análisis y propuestas. Ursula von der Leyen se comprometió a presentar una 'Brújula de Competitividad' en los 100 primeros días de su segundo mandato para marcar la estrategia de los próximos años. Lo ha cumplido, pero la hoja de ruta deja sin responder la cuestión clave: la financiación.

La presidenta de la Comisión Europea encargó un informe al ex presidente del BCE Mario Draghi, que planteó la necesidad de invertir 800.000 millones los próximos años para salir de la “lenta agonía” en la que se encuentra el Viejo Continente. Ese dinero es fundamental para cerrar la brecha de productividad del 20% de la UE respecto a EEUU y que se va agrandando en sectores clave como el tecnológico.

El documento que ha presentado Von der Leyen este miércoles lo menciona, pero no entra en profundidad en cómo lograr esos fondos. Lo que reitera es la necesidad de profundizar en la Unión Bancaria y en la Unión del Mercado de Capitales que están atragantadas. A pesar de la falta de concreción y consciente de la división en el seno de la UE sobre las fórmulas para financiar las inversiones, especialmente en lo que tiene que ver con la emisión de deuda conjunta a través de eurobonos, la presidenta ha dicho que las claves son “la velocidad y la unidad”.

“La UE debe integrar y disponer de mercados de capitales más profundos y líquidos como paso necesario para movilizar los recursos del sector privado y dirigirlos hacia sectores de crecimiento orientados al futuro. También es necesario estimular un mayor apetito por la asunción de riesgos por parte de los inversores privados, utilizando el dinero público como ancla. Hay que superar las antiguas vacilaciones, y la Comisión presentará en 2025 una Estrategia para una Unión del Ahorro y la Inversión, seguida de una serie de propuestas concretas, para permitir la creación de riqueza para los ciudadanos de la UE y movilizar capital para proyectos realizados en Europa”, recoge el documento.

El grueso de la financiación pública para la competitividad por parte de la UE queda relegada al próximo presupuesto europeo, que se empezará a negociar este año para el periodo 2028-2034. “El próximo Marco Financiero Plurianual será una oportunidad para ir más allá y replantear la estructura y la asignación del presupuesto de la UE en apoyo de las competitividad. El gasto presupuestario de la UE está actualmente fragmentado en demasiados programas, a menudo con una dirección estratégica coordinada limitada y una gran complejidad para los beneficiarios”, señala la hoja de ruta de Von der Leyen, que impulsará un Fondo Europeo de Competitividad específico en el marco de ese presupuesto que permita invertir en tecnologías estratégicas (desde la IA hasta las tecnologías limpias). También apunta al Banco Europeo de Inversiones que preside Nadia Calviño para atraer “inversión privada y colmar el déficit de inversión de Europa en áreas prioritarias”.

37.500 millones de ahorro al simplificar trámites

“La brújula de competitividad de la UE, que hace hincapié en las necesarias medidas de simplificación, sigue sin abordar claramente la necesidad de una inversión sustancial en tecnología limpia y soluciones energéticas más baratas”, lamenta el exministro polaco Marcin Korolec, que preside el Instituto de Economía Verde.

“Europa corre el riesgo de quedarse rezagada con respecto a China en importantes tecnologías de futuro: la energía eólica y la industria automovilística son los ejemplos más destacados. La mayor tarea consistirá en reforzar a Europa como lugar atractivo para los negocios y centro de creación de valor, y para ello hace falta inversión. Aquí es donde la propuesta puede ser insuficiente: muchas empresas no pueden esperar a que el próximo presupuesto de la UE y la Unión de Mercados de Capitales movilicen fondos”, expresa en la misma dirección Linda Kalcher, directora ejecutiva del think tank Strategic Perspective.

Una de las propuestas más concretas que esboza el documento tiene que ver con la simplificación de los procesos administrativos que enfrentan las empresas para operar en la UE y que la Comisión Europea espera que reduzca en 37.500 millones los costes en los próximos cinco años. El compromiso es que a lo largo del mes de febrero el gobierno comunitario presente el primer “paquete ómnibus” para lograr “una simplificación de gran alcance en los ámbitos de información sobre financiación sostenible, diligencia debida en materia de sostenibilidad y taxonomía”. El riesgo del que advierten algunos expertos es que se convierta en una desregulación.

El 'made in Europe' en la contratación pública

Al igual que propuso hace un par de años la Comisión Europea en el ámbito de la energía, al promocionar que las tecnologías verdes fueran 'Made in Europe', ahora plantea introducir “una preferencia europea en la contratación pública para los sectores y tecnologías estratégicos” que suponen un 14% del PIB europeo.

Ahora bien, tampoco será inmediato sino que la revisión de la directiva está prevista para el año 2026. “El sector público tiene que desempeñar un papel central. En un contexto en el que otros grandes actores imponen restricciones de acceso a sus mercados y buscan impulsar su capacidad manufacturera en tecnologías críticas, Europa debe salvaguardar sus propias capacidades”, explica el documento.

En esa misma línea, Bruselas insiste en la necesidad de mejorar la situación respecto al acceso a las materias primas estratégicas o críticas y se compromete a crear una plataforma de compra conjunta.

Aunque la Comisión Europea sostiene que se mantendrán los objetivos 'verdes' de reducción de emisiones, se revisará el impuesto climático que se aplicará a las importaciones de acero, cemento, aluminio o fertilizantes a partir de 2026. La pretensión es minimizar “consecuencias indeseadas” de este arancel y evitar el cierre o la deslocalización de plantas industriales. “Europa necesita combatir la fuga de carbono en sus industrias”, establece el documento, que se ha publicado dos semanas después de que el Partido Popular Europeo apostara por retrasar dos años la entrada en vigor de esa tasa.

“Europa mantiene el rumbo”, ha dicho Von der Leyen en referencia a la agenda verde que en los últimos años se ha ido descafeinando por intereses electorales y económicos y ella misma lo ha admitido: “Tenemos que ser flexibles y pragmáticos”.

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