CCOO, UGT, CSIF y el Sindicato Libre han rubricado el borrador de las líneas básicas que ahora se negocian y que se introducirán en el cuarto convenio que regulará la compañía. CGT no lo ha firmado al considerar que se trata de un paso más hacia la liberalización de la empresa
Correos se encuentra en plena negociación con los sindicatos de un nuevo marco laboral, previo a la aprobación del que será su cuarto convenio de empresa, en el que intenta introducir determinadas medidas orientadas a maximizar la flexibilidad y productividad por parte de la plantilla.
Mientras los sindicatos con mayor representación, CCOO y UGT, junto con la CSIF y el Sindicato Libre rubricaron el primer borrador de este acuerdo marco, desde CGT denuncian que se trata de “un paso más hacia la liberalización total de la compañía que impone una forma de trabajar similar a la de una empresa privada”.
Así lo defiende Mario Murillo, miembro del comité de empresa y delegado de CGT Correos en Madrid, quien recuerda que el actual convenio laboral que rige en Correos data de 2011. “Tras tres reuniones entre el comité y la empresa el pasado diciembre, Correos nos presentó el 30 de diciembre un documento que nos obligaba a firmar si queríamos formar parte de su posterior negociación”, explica este sindicalista. El último día del año pasado, CCOO, UGT y CSIF firmaron las líneas básicas presentadas por la compañía, y el Sindicato Libre lo hizo a primeros de enero.
A partir de entonces, se abrió un periodo de negociación sobre estas medidas que modificarán el tercer convenio colectivo que tendrá que culminar el 15 de marzo con el acuerdo de la parte social y la empresarial y que se trasladarán al cuarto convenio colectivo. Si no es así, el acuerdo de líneas básicas quedará automáticamente sin efecto, tal y como recoge el documento de diez páginas. “Es muy grave lo que está pasando porque CGT tiene representación para negociar el convenio, pero a esa negociación llegaremos con algunos puntos ya fijados por este marco pre-convenio que nosotros no hemos firmado y que, por lo tanto, no podemos debatir”, enfatiza Murillo.
Según los plazos de la empresa, desde el 16 de marzo hasta el 1 de octubre se negociarían aquellas medidas todavía no abordadas que se incluirían en el futuro convenio. La compañía ha preferido no pronunciarse al respecto debido al estado abierto de la negociación. CCOO y UGT sí respaldan esta negociación por la situación de la compañía que roza la quiebra financiera, sostienen ambas centrales.
Adecuarse a otros operadores europeosRegino Martín, coordinador general del Sector Postal de CCOO a nivel estatal, resalta la inyección de 3.000 millones de euros a cuatro años que aprobó el Estado para Correos en julio del año pasado. “Conseguimos la implicación de la Administración para volver a reflotar la empresa, y como sindicato mayoritario no firmaremos un convenio que vaya en contra de los intereses de los trabajadores”, añade.
Además, Martín defiende la paulatina contratación indefinida de los actuales 5.000 trabajadores eventuales con los que cuenta la empresa. “Proponen un plan de salidas, pero también necesitamos un plan de entradas porque somos una de las compañías más precarizadas en términos de empleo”, prosigue.
José Manuel Sayagués, secretario federal del Sector Postal en UGT subraya que todavía no hay ningún acuerdo cerrado. Asimismo, declara que “Correos está en una situación de casi quiebra, por lo que nos tenemos que adecuar a lo que ya sucede en otros operadores postales europeos con cambios sustanciales para conseguir los objetivos fijados en el sector en el que estamos inmersos”. Así resume su postura: “Nuestra responsabilidad está en mantener el empleo y remediar la desorganización que dejó la anterior presidencia”.
Horario variable en función de la carga de trabajoMurillo, por su parte, explica que “la línea liberalizadora en Correos comenzó en 2001”, cuando la empresa se convirtió en una Sociedad Anónima Estatal bajo la presidenta de Alberto Núñez Feijóo como presidente. “Tenemos unas condiciones que todavía se identifican con el sector público, como un horario estable, jornada de lunes a viernes mayormente, salarios ligados al tiempo de trabajo y procesos de movilidad interna que permiten el traslado de centros de trabajo”, introduce el sindicalista de CGT, quien defiende que “ahora Correos propone un empeoramiento para cada una de estas cosas”.
La empresa ha propuesto crear un calendario estacional donde las horas por jornada serán variables en función de la carga prevista en cada estación y cuya variabilidad del horario no será superior al 10% del cómputo anual. De todas formas, la jornada resultante siempre estará entre cinco y nueve horas de trabajo. Para Murillo, esto significa que “en campañas como el Black Friday, en Navidad o durante las elecciones todo el mundo tendrá que trabajar nueve horas solo porque la producción es mayor”.
Martín expresa que para CCOO el bloque más polémico está relacionado con la jornada laboral: “O aceptan las 35 horas semanales, o no habrá acuerdo, ni en el estatuto marco ni en el cuarto convenio”, reivindica. Sobre la mencionada bolsa de horas a disposición de la empresa, este sindicalista defiende que debe ser una medida voluntaria y retribuida. “Si la empresa puede contar con esas horas, que el trabajador también lo pueda hacer, y queremos que todo eso esté regulado al detalle”, agrega.
Sayagués comenta que esta idea de modular la jornada proviene del correo británico. “Hay que estudiar bien el impacto que pueda tener en los derechos de los trabajadores, pero es innegable la bajada bestial de actividad en Correos y tenemos que intentar recuperarla”, enuncia el ugetista.
Nuevo turno para las tardesCorreos también persigue la creación de un turno que trabaje por las tardes de martes a sábado. “Esto viene a empeorar la jornada de lunes a viernes, dificultar la conciliación laboral y familiar y repercutir en el descanso, porque los fines de semana serían el domingo y el lunes”, responde Murillo.
En este sentido, Martín afirma que la ciudadanía requiere un servicio de Correos que llegue también a las tardes y los sábados. “Ya hay un 20% de la plantilla que trabaja de tarde. Si quieren un turno de tarde, que paguen un plus igual que por la noche, y si no nosotros no aceptaremos su creación”, subraya el coordinador general del Sector Postal de CCOO. Algo parecido es lo que piensa su homólogo de UGT, quien agrega que esta medida deberá llevarse a cabo con personal voluntario y de manera retribuida.
Trabajo en base a objetivosPor otro lado, el borrador todavía en fase de negociación recoge un plan de incentivos en base a la productividad. “Esto es la gestión de la privada llevada a Correos porque los sueldos dependerán de incrementos variables vinculados a objetivos de empresa”, opina el sindicalista de CGT.
Desde CCOO, Martín recuerda que “ya existen los complementos en Correos y queremos que se aumenten económicamente”. Además, exigen una paga de resultados “porque si la empresa va mejor, que algo redunde en sus trabajadores”. Sayagués, en este sentido, da por buena la medida propuesta por Correos sobre el plan de incentivos “basado en la simplificación de conceptos retributivos y su vinculación a indicadores numéricos, cuantificables, transparentes, objetivos y personales que tengan impacto directo en la cuenta de resultados y remunerados de manera individual de acuerdo con las horas de presencia/asistencia de cada empleado”, tal y como recoge el documento. El representante de UGT recalca que “los sindicatos tendremos el ojo bien abierto sobre el sistema de medición del rendimiento individual”.
CGT ha convocado una huelga este 26 de febrero para denunciar esta negociación. Correos, debido al paro, emitió un comunicado en el que afirmaron que “seguirá negociando con todas las organizaciones sindicales con representación en la Mesa de Negociación para desarrollar el Acuerdo Marco firmado el pasado 31 de diciembre con la mayoría sindical de la empresa respecto a las líneas básicas que conformarán tanto el nuevo Convenio Colectivo como el Plan de Personas destinado a rejuvenecer la plantilla de Correos”.