Las negociaciones entre General Motors (GM) y el sindicato United Auto Workers (UAW) para la firma de un nuevo convenio colectivo se reiniciaron hoy después de que los representantes de los trabajadores advirtiesen de un empeoramiento de las conversaciones.
A última hora del domingo, Terry Dittes, vicepresidente de UAW, advirtió en una carta a sus afiliados de que las negociaciones "han empeorado" después de que GM rechazase "una amplia propuesta" sobre salarios, bonificaciones, seguridad laboral y pensiones, entre otros temas.
UAW expresó su "decepción" ya que la respuesta de la empresa ha sido "volver a presentar su última propuesta que fue rechazada" y publicó la carta que Dittes envió este domingo al vicepresidente de Relaciones Laborales de GM, Scott Sandefur.
En la carta, Dittes reprocha a Sandefur que "no tuvo ni la cortesía profesional de explicar porqué no lo podrían aceptar o porqué rechazó todas las propuestas que presentamos para cada tema".
Hoy, casi 50.000 empleados de GM en Estados Unidos iniciaron su cuarta semana de huelga para protestar contra la actitud de la empresa en las negociaciones para la firma de un nuevo convenio colectivo.
Los afiliados de UAW se declararon en huelga el pasado 16 de septiembre tras dos meses de negociaciones entre el sindicato y el fabricante de automóviles en los que prácticamente no se avanzó en ningún aspecto.
La huelga es la primera que sufre GM desde 2007 y afecta 33 centros de producción y 22 de distribución en Estados Unidos.
UAW reclama a GM una mejor cobertura de los costes sanitarios, límites en el uso de empleados temporales y que cancele sus planes de cerrar en 2020 las plantas de Lordstown, en Ohio; y de Hamtramck, en Michigan.
Esta última demanda es una de las más conflictivas, ya que GM ha estado transfiriendo producción a México, donde los costes laborales son una fracción de los que tiene en Estados Unidos.
Aunque sólo los trabajadores estadounidenses de GM están en huelga, el paro está afectando la producción en México y Canadá.
Medios de comunicación estadounidenses indicaron hoy que GM informó a unos 415 trabajadores de su fábrica de motores en Ramos Arizpe (México) que no acudiesen a trabajar por la falta de componentes.
La planta de Ramos Arizpe emplea a unas 2.100 personas y produce motores V8 y transmisiones.
Desde que los trabajadores de GM en Estados Unidos se declararon en huelga, unos 10.000 trabajadores de GM en México y Canadá han dejado de trabajar por la falta de piezas para montar vehículos y componentes.
La semana pasada, la planta de montaje de Silao (México), donde trabajan unas 6.000 personas, tuvo que imponer un paro técnico y dejar a parte de su plantilla sin trabajo por la falta de piezas. La planta produce las camionetas "pickup" Chevrolet Silverado y GMC Sierra.
En Canadá, la huelga también ha afectado a otra fábrica de motores, lo que ha dejado en paro técnico a centenares de trabajadores.
La huelga, la más larga en GM desde hace décadas, también ha retrasado el lanzamiento de uno de los vehículos estrellas de la marca Chevrolet, el deportivo Corvette Stingray, según informó hoy el periódico "Detroit Free Press".
El rotativo indicó que el retraso en la producción del Corvette Stingray, que estaba prevista se iniciase a finales de año, impedirá de momento el lanzamiento del vehículo por los problemas causados por la huelga en la planta de montaje Bowling Green (EE.UU.).