El Gobierno de EE.UU. pidió este viernes al gigante aeronáutico Boeing explicaciones por supuestamente haber ocultado durante meses que dos miembros de la compañía estaban preocupados por el sistema de estabilización del polémico modelo de avión 737 MAX.
Stephen Dickson, el jefe de la agencia federal estadounidense que regula la aviación civil en EE.UU., pidió una "explicación inmediata" al consejero delegado de Boeing, Dennis Muilenburg, por haber tardado en entregar unos documentos que muestran la preocupación de algunos empleados sobre los 737 MAX.
"Espero una explicación inmediata respecto al contenido de estos documentos y la demora de Boeing en revelar esos documentos a los reguladores de seguridad aérea", dijo Dickson a Muilenburg en una carta, difundida por la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés), encargada de la seguridad aérea.
En concreto, al hablar de "documentos" la FAA se refiere a los mensajes que intercambiaron dos trabajadores de Boeing en 2016, durante el proceso de certificación de los 737 MAX.
La FAA no identificó el nombre de esos dos empleados.
Pero, el diario The New York Times desveló que uno de ellos es Mark Forkner, un piloto de pruebas de Boeing que en 2016 se quejó de problemas con el sistema automático (MCAS).
Bajo determinadas circunstancias, ese sistema inclina hacia abajo el morro del avión para evitar que entre en pérdida, es decir, que no tenga velocidad suficiente para mantenerse en el aire.
"Está funcionando desenfrenado en el simulador", dijo supuestamente Forkner a un compañero sobre el sistema MCAS.
Los 737 MAX permanecen en tierra desde el pasado marzo en casi todo el mundo, después de dos accidentes en apenas cinco meses que dejaron 346 muertos en Indonesia y Etiopía, lo que ha forzado a las aerolíneas a interrumpir sus operaciones mientras esperan que los reguladores aprueben una mejora del programa de vuelo MCAS.
En el caso de los accidentes de Indonesia y Etiopía, ese software de control de vuelo se activó presuntamente por una información "errónea" del sensor del "ángulo de ataque" de las aeronaves y, ante la incapacidad de los pilotos para desactivarlo, provocó que los aviones cayeran en picado.
Después de que la FAA emitiera su comunicado, las acciones de Boeing en la bolsa neoyorquina se desplomaron más de un 4%.
Boeing, sumida en una profunda crisis de reputación, tuvo en el último trimestre los peores resultados de su historia -unas pérdidas de 2.942 millones de dólares- y estimó un cargo de 4.900 millones de dólares para, entre otras cosas, compensar las pérdidas de sus clientes relacionadas con el veto sus las naves.