Nuevas protestas en contra del alza de las tarifas del metro de Santiago de Chile dejan este sábado al menos tres autobuses urbanos en llamas, enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad y cacerolazos ciudadanos.
En varias comunas de la capital se puede escuchar el ruido de ollas a manera de protesta, mientras decenas de conductores hacen sonar las bocinas de sus autos a su paso por calles y avenidas de la ciudad.
Se trata del primer día de protesta ciudadana bajo el estado de emergencia que decretó el Gobierno esta madrugada como medida de contención de los disturbios violentos en que derivaron las manifestaciones contra el alza del precio del metro.
Esta medida prendió la mecha del descontento general de una parte de la sociedad chilena por la desigualdad registrada en el país.
Después de que el presidente Sebastián Piñera decretase el estado de emergencia, los militares se desplegaron en varias zonas de la ciudad, que amaneció tranquila tras los graves incidentes del viernes, en los que grupos violentos protagonizaron barricadas, saqueos en comercios y la quema y destrozo de varias estaciones de metro, autobuses y mobiliario urbano.
Sin embargo, según transcurría la jornada del sábado, algunas decenas de personas se agrupaban en puntos neurálgicos de las protestas sociales, como la céntrica Plaza Italia o la comuna de Maipú (en el suroeste de la capital) para protestar cacerola en mano.
Unidades militares y policiales del cuerpo de Carabineros acudieron a contener las protestas, que derivaron en algunos enfrentamientos, principalmente en Plaza Italia.
Cerca de ese punto, el cuerpo de Bomberos reportó la quema de al menos tres unidades de autobuses urbanos, lo que provocó además una gran humareda que afecta a los edificios aledaños.
El domingo pasado el Metro de Santiago, una empresa privada en cuya propiedad participa el Estado chileno, aumentó en 30 pesos el precio del ticket en hora punta, hasta situarse en 830 pesos (unos 1,2 dólares).
En protesta por la subida de los boletos, cientos de ciudadanos, en especial estudiantes de secundaria y universitarios, iniciaron el pasado lunes entradas masivas al suburbano y levantaron las mamparas de cobro para que los pasajeros ingresasen a los andenes sin pagar.
Para contener los brotes de protestas, el Gobierno chileno invocó a ley de seguridad del Estado, una legislación que regula los delitos contra la seguridad interior del país y que endurece las penas para aquellos que resulten culpables de los desórdenes y disturbios.