El Gobierno de Chile decretó el estado de emergencia en la provincia de Concepción, en la sureña región de Biobío, que se suma a las decretadas en Santiago y zonas periféricas de la capital chilena, y en la región de Valparaíso, confirmó este sábado la Gobernación de Biobío.
Asimismo, en una declaración pública del ministro del Interior, Andrés Chadwick, se confirmó que se establecerá en Concepción el toque de queda desde las 02.00 hasta las 07.00 hora local (05.00 hasta las 10.00 GMT).
Sergio Giacaman, intendente de la provincia sureña, a unos 500 kilómetros de Santiago, indicó que el presidente de Chile, Sebastián Piñera, asignó al contraalmirante Carlos Huber de la Armada como responsable del orden público y la defensa de la zona.
Con esta medida, como ya ocurrió con Valparaíso y Santiago de Chile, el Gobierno autoriza el despliegue de militares en las zonas en las que rige la situación excepcional para retomar la normalidad después de los disturbios, incendios y saqueos ocurridos durante este sábado.
Las protestas en Concepción ocurrieron este sábado como réplica del descontento social ocurrido en Santiago de Chile desde comienzos de semana como crítica al alza del precio del pasaje del Metro de Santiago, que derivaron en disturbios, incendios y saqueos en la capital desde el viernes.
Pese a que Piñera suspendió la medida económica del suburbano capitalino, en Santiago, Valparaíso, Concepción y otras ciudades de Chile como Iquique (norte) se produjeron destrozos urbanos y enfrentamientos entre la policía y los manifestantes.
El alcalde de la ciudad de Concepción, Álvaro Ortiz, realizó un balance de los destrozos resultados de los disturbios de este sábado entre los que destacó más de una docena de semáforos destruidos, mobiliario urbano quemado e incendios en diversos locales de la ciudad.
"Estamos haciendo un cálculo de los daños y estamos hablando de más de 200 millones de pesos (280.000 dólares) por destrozos en bienes públicos", dijo Ortiz, según consignó el diario La Tercera.
El alza del precio del metro fue el detonante de una protesta ciudadana para expresar el descontento ante la carestía de la vida en Chile y las desigualdades del país, que estalló este sábado en una batalla campal en varios puntos de la capital y en otras zonas del país con barricadas, incendios y saqueos.