La variedad de uva blanca del Duero portugués denominada "Rabigato" se ha convertido en única desde el punto de vista medicinal, ya que esconde unos fenoles de gran calidad -viniferina-, con unas potentes propiedades antibacterianas.

"Tiene una concentración y una calidad de viniferina muy superior al resto de variedades de la región del Duero", explica a EFE la científica de la Universidad de Tras-os-Montes y Alto Douro (UTAD) Ana Barros, responsable de una investigación sobre esta variedad de uva.

Ensayos realizados en los laboratorios de la UTAD comprobaron que la "Rabigato" es capaz de reducir el crecimiento de bacterias con mayor eficacia que un antibiótico comercial.

La viniferina es un fenol que se encuentra en el resveratrol (polifenol que abunda en algunas plantas, sobre todo en la vid) y sus propiedades son muy beneficiosas, apunta Barros, ya que, "además de antibacteriano, disminuye el colesterol malo y aumenta el bueno y tiene una actividad antioxidante muy elevada".

La investigación, que ahora empieza a arrojar sus primeros resultados, comenzó en 2014 para buscar aplicaciones medicinales en subproductos de la uva, sobre todo de los residuos vitivinícolas, que suponen un problema para los agricultores.

La clave está en buscar alternativas a los tallos de las vides, que representan el 25 % de los residuos de la industria vitivinícola.

Los tallos "tienen una composición química muy rica en fenólicos, que son unos metabolitos secundarios que se producen en condiciones de estrés y que tienen una elevada actividad antioxidante, es decir, eliminan los radicales libres".

En cualquier ser vivo, continúa la científica lusa, los radicales libres (especies químicas) se acumulan si el organismo está descontrolado (estrés, ansiedad, mala alimentación, etc) y "son el primer paso para desencadenar problemas cardiovasculares, cáncer o enfermedades degenerativas".

De ahí la importancia de esta variedad de uva como potencial mecanismo de defensa contra los radicales libres.

En el ensayo usaron tres variedades de uva blanca y cuatro de tinta, en las que extrajeron sus compuestos fenólicos, y seleccionaron a pacientes del hospital de la ciudad portuguesa de Vila Real con problemas bacterianos en el tracto gastrointestinal.

De ahí extrajeron las bacterias que les causan los problemas intestinales e intentaron contrarrestarlas en el laboratorio con los fenoles de los tallos de las uvas, por un lado, y con antibióticos comerciales, por otro.

De las siete variedades usadas, comprobaron que la blanca "Rabigato" era más eficaz que el propio antibiótico.

La clave, asegura Ana Barroso, está en la viniferina de esta variedad y en su alta concentración.

Otra de las investigaciones liderada por Ana Barroso se centró en la enfermedad del pie diabético, una patología que puede derivar en la amputación de las extremidades inferiores.

Aislaron las bacterias del pie diabético de enfermos del hospital de Vila Real y usaron el mismo método: comprobaron por separado la eficacia microbiana de los compuestos fenoles de la vid y de los antibióticos comerciales.

El objetivo era encontrar alternativas para eliminar la bacteria "Staphylococcus aureus", resistente a la meticilina, antibiótico utilizado en el tratamiento del pie diabético.

Y comprobaron que algunos fenoles de dos variedades de uva tinta del Duero, Sousão y Syrah, eran más efectivos a la hora de combatir las bacterias que los antibióticos comerciales.

De esta manera, concluye Ana Barros, se generan alternativas contra el grave problema que supone la resistencia bacteriana y se fomenta la economía circular con el uso de residuos, en este caso de la vid.

En un futuro, estos hallazgos se traducirán en la elaboración de cremas cosméticas y medicinas.

Por Carlos García