El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha pedido este jueves que la zona euro tenga suficiente capacidad de gasto -bien sea mediante la dotación de recursos presupuestarios o de un sistema de seguro- para hacer frente a una situación de desaceleración económica.
Durante su última rueda de prensa al frente de la entidad, Draghi ha afirmado, al ser preguntado sobre qué debería corregirse en la Eurozona, que ese fondo debe crearse sin que represente un problema para la disciplina fiscal.
Draghi ha instado de nuevo a los gobiernos con capacidad fiscal a "actuar de una manera efectiva y a tiempo" para combatir ese debilitamiento económico, mientras que en los países donde la deuda pública es elevada, los gobiernos deberían aplicar políticas "prudentes".
"Todos los países deberían intensificar sus esfuerzos para lograr una composición de las finanzas públicas que favorezca más el crecimiento", ha insistido Draghi.
Sin embargo, al ser preguntado si esta pensando a Alemania, ha respondido: "nunca me atrevería a juzgar la política fiscal de un país concreto".
Posteriormente, se ha referido al bajo nivel de los tipos de interés, al señalar que "si alguien quiere ver que suben, la política fiscal debería ser más activa", en referencia a que si Alemania aumentara su gasto y emitiera más deuda, podrían aumentar los tipos de interés de sus bonos.
Draghi prevé que "los tipos de interés seguirán bajos durante mucho tiempo a nivel mundial" porque en la actualidad se mantiene la incertidumbre económica global.
El presidente saliente del BCE, entidad que presta a los bancos al 0 % semanalmente, ha dicho que los últimos datos económicos disponibles "indican un debilitamiento económico más prolongado de la economía de la zona del euro".
En la rueda de prensa, ha hecho un balance de lo ocurrido durante sus ocho años de gestión como presidente del BCE y ha dicho sentirse orgulloso de la forma en la que el Consejo de Gobierno ha cumplido su mandato, que es garantizar la estabilidad de precios, algo que el BCE define como una tasa algo por debajo del 2 %.
También se han recordado las palabras con las que logró salvar al euro en un discurso en Londres a finales de julio de 2012: "El BCE hará todo lo que sea necesario para salvar el euro. Y, créanme, será suficiente", frases con las que frenó los ataques especulativos contra el euro, a la vez que subrayaba la disposición de la entidad a mantener a todos los países dentro de la unión monetaria.
Las palabras del economista italiano, pronunciadas en un tono tranquilo y contundente, tuvieron un efecto inmediato sobre las primas de riesgo de España e Italia, dos países que vieron cómo los tipos de interés de sus respectivos bonos bajaron notablemente y se mantuvieron.
Hace ocho años, cuando comenzó a presidir el BCE, Grecia había sido rescatada y ya no se podía refinanciar en el mercado porque los tipos de interés que exigían los inversores eran desorbitados. Además, su deuda estaba en proceso de reestructuración.
Recientemente, Grecia se ha refinanciado a corto plazo en el mercado a tipos de interés negativos, lo que para Draghi es "un éxito" de la política que ha adoptado el Gobierno griego con el asesoramiento de la Comisión Europea (CE), del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del BCE.
Draghi también ha mencionado el esfuerzo de los ciudadanos griegos, que tuvieron que "pagar un precio terrible, sobre todo en los primeros estadios".
Ha tratado de quitar importancia a las discrepancias dentro del Consejo de Gobierno del BCE, que se han hecho públicas en los últimos meses, y muestran que varios miembros se opusieron en septiembre a reiniciar el programa de compra de deuda.
El presidente saliente del BCE ha explicado que en 2017 estaban "preparados para salir", para comenzar a normalizar la política monetaria muy expansiva, pero las condiciones cambiaron y no pudieron hacerlo.
El BCE va a reiniciar las compras de deuda el 1 de noviembre a un ritmo mensual de 20.000 millones de euros y comprará bonos hasta poco antes de que comience a subir los tipos de interés.
A la reunión del Consejo de Gobierno de hoy ha asistido la próxima presidenta del BCE, Christine Lagarde, que asumirá el cargo el 1 de noviembre, aunque no ha participado en las discusiones, ha aclarado Draghi.
En su despedida, el banquero no ha revelado a qué se va a dedicar ahora y ha dicho a los periodistas que preguntaran a su mujer. Desde hace tiempo se ha especulado que podría convertirse en el próximo presidente de Italia.