La actividad económica en Argentina registró en agosto pasado una caída del 3,8 % frente a igual mes de 2018, un desempeño que refleja las severas turbulencias financieras desatadas ese mes, tras las elecciones primarias en el país.
El dato fue divulgado este jueves por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) al presentar el Estimador Mensual de la Actividad Económica, un indicador que sirve como anticipo provisional para medir la variación del producto interno bruto (PIB), de carácter trimestral.
Según las cifras oficiales, el índice que mide la actividad económica registró en el "agosto negro" un descenso del 1 % respecto a julio último y acumuló un retroceso del 2,3 % en los primeros ocho meses del año.
La actividad económica en agosto se vio impactada por la brusca reacción negativa de los mercados al revés electoral que sufrió en las primarias el presidente argentino, Mauricio Macri, quien buscará la reelección en los comicios del próximo domingo, para los que el peronista Alberto Fernández se perfila como favorito, según las encuestas.
Las turbulencias financieras, en particular la fuerte subida del valor del dólar estadounidense, tuvieron impacto directo en la inflación, que aumentó un 4 % en agosto y un 5,9 % en septiembre, y profundizaron la recesión que vive Argentina desde 2018.
"La economía ya lleva más de veinte meses en recesión", advirtió hoy en un informe el Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala, que proyecta no ya una dinámica de estancamiento económico tras la bajada en la actividad sino "una profundización de la caída para lo que queda del año".
De acuerdo a este informe, la actividad económica sufrió en septiembre una caída interanual del 4,8 %, retrocedió el 1,9 % respecto de agosto último.
Para 2019 el Gobierno de Mauricio Macri proyectaba inicialmente una contracción económica del 0,5 %, aunque en septiembre pasado corrigió esa previsión hasta una caída del 2,6 %.
Sin embargo, hay pronósticos más adversos, como el del Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé una caída del 3,1 % para este año, y la de los economistas privados que mes a mes consulta el Banco Central argentino y cuyos últimos cálculos marcan una contracción del 2,9 % en 2019.
Las proyecciones para el próximo año no son mejores: el FMI vaticina una contracción del 1,3 %, pero hay pronósticos privados con caídas de hasta el 3,8 %, como el de la consultora LCG, que afirmó hoy en un informe que "las expectativas de crecimiento de Argentina son cada vez peores".
"En la actualidad, la tendencia indicaría que, de crecer en los próximos años, el incremento en la actividad seria magro", sostuvo la consultora.