Centenares de turistas acudieron hoy al Uluru, el monolito rojo sagrado para los aborígenes australianos, para intentar alcanzar la cima antes de que el sábado entre en vigor la prohibición de escalarlo.
Imágenes divulgadas en las redes sociales mostraron una larga hilera de furgonetas en la entrada del Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta, donde se encuentra el monolito de 348 metros de altura y 9 kilómetros de perímetro de superficie roja y casi lisa que varia de tonalidades con la luz.
El fuerte viento obligó a suspender durante unas horas el acceso de centenares de turistas que hacían cola para escalar esta mole rocosa a la que se asciende con la ayuda de un pasamanos de cadenas instalado en 1964.
Con el cierre del sendero se eliminará cualquier vestigio vinculado a esta actividad como las cadenas y las señalizaciones que denominan el lugar como Ayers Rock, el nombre que se le dio en 1873 durante la colonización británica.
La prohibición de escalar Uluru fue decidida en 2017 en reconocimiento a los deseos del pueblo indígena Pitjantjatjara Anangu, que el 26 de octubre de 1985 recuperó la propiedad tradicional de las tierras donde habitan desde hace 30.000 años.
El anuncio, que llevó a un aumento del 20 por ciento del número de visitante hasta casi 400.000 entre julio de 2018 y junio de 2019, provocó controversia en el país con sectores que consideran Uluru un icono australiano cuyo cierre podría dañar el sector turístico.
Los indígenas creen que Uluru, situado en el corazón del desierto australiano y declarado Patrimonio de la Humanidad, es el lugar donde viven seres de su mitología que tienen como cometido guiarles por la vida.
Yin Paradies, experto en asuntos indígenas de la Universidad Deakin, dijo en un comunicado que "cada parte de la tierra y el mar tienen un significado cultural para los aborígenes e isleños del estrecho de Torres y Uluru no es una excepción".
"Hay muchos lugares sagrados y rutas cósmicas alrededor de Uluru formado por seres ancestrales y es un proceso continuo de recreación conocido como el 'Tiempo del Ensueño'", algo que algunas personas no entienden "porque no reconocen que todos existimos dentro de un cosmos viviente que se regenera", agregó.
Los dueños tradicionales de Uluru, que han inspirado a otros grupos indígenas a considerar prohibiciones similares, celebrarán el cierre con una ceremonia tradicional el domingo.