Los patinetes y dispositivos eléctricos de movilidad personal forman desde este viernes parte del código de circulación en Francia, que ha limitado su velocidad a 25 kilómetros por hora y ha prohibido su uso en aceras.
El decreto, publicado hoy en el Boletín Oficial, define la utilización de estos dispositivos que se han colado en el día a día de las grandes ciudades en Francia en el último año y medio, provocando en ocasiones accidentes, algunos de ellos mortales.
A partir de este sábado, todas estas máquinas deberán circular en los carriles bici y pistas verdes, bajo riesgo de multas de 135 euros en caso de usar la acera.
Cuando no sea posible, podrán acceder a carreteras donde la velocidad está limitada a 50 kilómetros por hora, pero siempre en el sentido de la circulación y llevando casco y chaleco reflectante.
El texto, que entra en vigor este sábado 26 de octubre mientras que las partes más técnicas se aplicarán a partir del 1 de julio de 2020, concibe multas de hasta 1.500 euros y 3.000 euros en caso de reincidencia a los usuarios que conduzcan con aparatos preparados para superar los 25 kilómetros la hora.
Los dispositivos deberán llevar además un sistema de frenos, de advertencia sonora y luces de posición en la parte trasera y delantera.
Su uso queda limitado a los mayores de 12 años y solo el conductor del patinete podrá montar en él, en caso contrario, la multa será de 35 euros.
El decreto limita además casos extremos pero que se ven a menudo en las grandes aglomeraciones como agarrarse a un vehículo para ser remolcado o utilizar auriculares durante la conducción.
Regula además el uso de chalecos reflectantes en condiciones de baja luminosidad.
Ciudades como París, donde se estima que el número de patinetes eléctricos asciende a 15.000, han sido más duras en la aplicación de reglas municipales: la capital aplicó este verano una limitación de velocidad de 20 kilómetros la hora y vedó además su aparcamiento en aceras.