La multinacional Johnson & Johnson (J&J) aseguró este martes que 15 nuevas pruebas realizadas en el mismo envase de polvos de bebé en el que las autoridades estadounidenses encontraron recientemente amianto resultaron negativas, sin ningún resto de esta sustancia tóxica.
La compañía había anunciado el pasado día 18 la retirada de un lote de esos polvos producido y distribuido en Estados Unidos en 2018 como consecuencia del test positivo llevado a cabo por la Administración Federal de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés).
"Pruebas rigurosas de terceras partes confirman que no hay amianto en los polvos de bebé de Johnson.
J&J también encargó otros 48 análisis de muestras de todo el lote en cuestión, que tampoco encontraron restos de amianto.
La multinacional aseguró que el positivo pudo deberse a contaminación en el laboratorio que analizó las muestras para la FDA.
En ese sentido, Johnson & Johnson explicó que uno de los laboratorios que contrató para las nuevas pruebas utilizó una sala auxiliar -fuera de las habituales- para realizar análisis de cinco muestras, de las que tres resultaron positivas por amianto.
Tras ese resultado, el laboratorio llevó a cabo una investigación y determinó que el amianto procedía de una unidad portátil de aire acondicionado que se utilizó en el lugar.
Para Johnson & Johnson, ello demuestra la "importancia de investigar cualquier test con resultado positivo", dado que la contaminación puede proceder de otras fuentes.
La empresa insistió en que los miles de análisis efectuados durante las últimas cuatro décadas confirman que los polvos para bebé que produce no contienen amianto.
Ya antes de la reciente retirada de un lote, el grupo estadounidense se enfrentaba a miles de demandas vinculadas a sus productos con talco por parte de personas que aseguran que esos productos les causaron cáncer.
Esos tipos de cáncer en cuestión están vinculados a la exposición a amianto.
Las acciones de Johnson & Johnson, que habían terminado la jornada bursátil con un ligero retroceso, subieron con fuerza en las operaciones electrónicas posteriores al cierre de Wall Street, una vez conocido su anuncio sobre las nuevas pruebas.