Iberdrola obtuvo un beneficio neto de 2.517 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 20,4 % más que un año antes, impulsado por el resultado de las inversiones de 4.727 millones de euros que está haciendo y que han marcado un récord, así como por las desinversiones que la compañía está completando.
Según la información remitida este miércoles por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), si se excluyen los impactos de la venta de los contratos de gas, que aporta 89 millones al margen Bruto, y la cesión de la fibra óptica, que aporta 49 millones y 114 millones en la partida de resultados no corrientes, el crecimiento del beneficio Neto sería de un 12 % hasta los 2.317,6 millones.
El resultado bruto de explotación (ebitda) se situó en 7.499 millones de euros, un 11,6 % más, gracias al buen comportamiento de los negocios de redes, y de generación y clientes, mientras que los ingresos aumentaron un 0,7 %, hasta los 26.457,5 millones de euros.
Con estos resultados, la retribución al accionista a cuenta de 2019 aumenta un 10,6 % hasta los 0,167 euros brutos por acción a pagar el próximo 5 de febrero de 2020, en una nueva edición del programa Iberdrola Retribución Flexible, que ha aprobado el consejo de administración. Esa cantidad se verá completada con la cantidad prevista para el mes de julio.
El margen bruto creció un 6,6 % respecto del obtenido en el mismo periodo de 2018 y el resultado neto de explotación (ebit) se situó en 4.488,9 millones de euros, un 17 % más que en el mismo periodo de 2018.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha atribuido los resultados a la aceleración de las inversiones y al cumplimiento alcanzado de los objetivos de eficiencia y rotación de activos para 2022, unos logros que ha dicho muestran el margen que la compañía tiene para nuevas inversiones.
Iberdrola ha cumplido con tres años de antelación su plan de rotación de activos para el periodo 2018-2022 por valor de 3.500 millones de euros.
En estos primeros nueve meses de 2019, a la venta de una participación minoritaria en East Anglia One por 1.700 millones de euros, se han sumado las desinversiones en los activos de generación tradicional en Reino Unido (700 millones de euros) y otros activos no estratégicos en España y Estados Unidos.
Hasta septiembre Iberdrola invirtió 4.727 millones de euros (un 30 % más que en el mismo periodo del año anterior), de los que un 90 % se ha destinado a los negocios de renovables y redes.
La compañía prevé cerrar 2019 con 5.218 nuevos megavatios (MW) instalados, tras haber puesto en marcha en los últimos dos años más de la mitad de los 13.000 MW previstos para 2022.
Por negocios, el de redes obtuvo en los nueve primeros meses del año un ebitda de 3.941,9 millones, lo que supone un aumento del 8,2 %.
En este área, el 68 % del ebitda procede de fuera de España, y Brasil y Estados Unidos concentran el 50 % del total, gracias a las revisiones de tarifas y menores costes registrados en relación con años anteriores.
El negocio de generación y clientes incrementó su ebitda en un 37,1 %, hasta los 1.817,7 millones de euros, fundamentalmente por la contribución de España y México, donde ha aumentado la capacidad instalada y la producción.
Sin embargo, el área de renovables ha visto descender su ebitda un 4,5 %, hasta los 1.678,3 millones de euros, debido a la menor producción hidroeléctrica en España.
La deuda financiera neta ajustada de Iberdrola alcanzaba a 30 de de septiembre los 35.527 millones de euros, lo que supone 1.148 millones más que en la misma fecha de 2018.
La compañía ha realizado operaciones de financiación verde por valor de 4.000 millones de euros hasta septiembre.