La relación entre los ingresos fiscales y el PIB, es decir, la suma de los impuestos y las contribuciones sociales netas como porcentaje del producto interior bruto, ascendió al 40,3 % en la Unión Europea (UE) en 2018, indicó este miércoles la oficina de estadística comunitaria, Eurostat.

Esa cifra supuso un ligero ascenso frente a 2017, cuando se situó en el 40,2 %.

En la eurozona, los ingresos fiscales representaron el 41,7 % del PIB en 2018, por encima de la tasa del 41,5 % registrada un año antes.

Las tasas más importantes de impuestos y cotizaciones sociales en relación con el PIB se registraron en Francia (48,4 %), Bélgica (47,2 %) y Dinamarca (45,9 %), seguidos de Suecia (44,4 %), Austria (42,8 %), Finlandia (42,4 %) e Italia (42 %).

En el otro extremo se sitúan Irlanda (23 %) y Rumanía (27,1 %), por delante de Bulgaria (29,9 %), Lituania (30,5 %) y Letonia (31,4 %), con las tasas más débiles.

Frente a 2017, el ratio de ingresos fiscales relacionado con el PIB aumentó en 2018 en 16 Estados miembros, con la principal subida observada en Luxemburgo, donde pasó del 39,1 % al 40,7 %, por delante de Rumanía (de 25,8 % a 27,1 %) y Polonia (de 35 % a 36,1 %).

En cambio, este porcentaje disminuyó en siete Estados miembros, especialmente en Dinamarca (de 46,8 % a 45,9 %), Hungría (de 38,4 % a 37,6 %) y Finlandia (de 43,1 % a 42,4 %).

En 2018, los impuestos sobre la producción y las importaciones representaron la mayor parte de los ingresos fiscales en la UE (un 13,6 % del PIB), seguidos de cerca por las cotizaciones sociales netas (13,3 %) y los impuestos sobre ingresos y el patrimonio (13,2 %).

Por lo que respecta a la zona del euro, el orden de importancia de las categorías varió ligeramente.

La mayor parte de los ingresos fiscales provino de cotizaciones sociales netas (15,2 %),por delante de los impuestos sobre la producción y las importaciones (13,3%) y los impuestos sobre los ingresos y el patrimonio (13 %).