Los mandatarios de los naciones de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y sus socios inician este sábado una reunión en Bangkok, marcada por las tensiones entre EEUU y China, y donde se ultima un megatratado de libre comercio que aunaría casi un tercio de la economía mundial.

El presidente de EEUU, Donald Trump, es la ausencia más destacada en la cita, a la que sí acude el primer ministro chino, Li Keqiang, el australiano, Scott Morrison, el japonés, Shinzo Abe, o el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, entre otros.

En su lugar, Trump envía una delegación comandada por el Secretario de Comercio, Wilbur Ross, y el Asistente del Presidente en Temas de Seguridad Nacional, Robert O'Brien.

Hasta el momento, no hay programada una reunión bilateral entre los representantes de Washington y Pekín, aunque ambos coincidirán en el Foro de Asia Oriental, que tendrá lugar el lunes.

Trump y el presidente chino, Xi Jinping, tenían previsto reunirse a mediados de mes en el marco del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) para evidenciar una acercamiento en medio de las tensiones comerciales entre ambas naciones, que ha generado una incertidumbre económica global.

No obstante, Chile, país que este año regenta la presidencia rotatoria de la APEC, anunció este miércoles la cancelación del Foro.

La ausencia de Trump, quien solo ha participado en una cumbre EEUU-ASEAN desde su llegada al cargo en enero de 2017 y nunca ha atendido al Foro de Asia Oriental, deja vía libre a China para extender su influencia en la región.

El plato fuerte de la cumbre de Bangkok, cuyas reuniones técnicas comenzaron este jueves, es la tercera ronda de líderes de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP), donde se podrían concluir las negociaciones para la firma de un megatratado de libre comercio que aunaría casi un tercio de la economía mundial.

China es el principal impulsor del RCEP, que también incluye a Australia, Corea del Sur, Japón, India, Nueva Zelanda y los diez miembros de la ASEAN -formada por Birmania, Brunéi, Camboya, Filipinas, Indonesia, Laos, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam-.

El RCEP, cuyas negociaciones se iniciaron de manera formal en la ASEAN de 2012 celebrada en Camboya, engloba una población de 3.400 millones de personas -el 47 % de la población mundial- y un Producto Interior Bruto de 22,6 billones de dólares (20,6 billones de euros) - o el 32,2 % del PIB mundial-.

Además de aglutinar el 29 % del actual comercio mundial y el 32,5 % de la inversión mundial.

Entre los socios, el gobierno de Nueva Delhi es el más dubitativo ante los posible efectos adversos que podría suponer el RCEP a su industria local.

El conflicto soberanista en el Mar de China Meridional, donde choca la reclamación territorial de Pekín con los intereses de cuatro miembros de la ASEAN y Taiwán -quien no acude a la cita-, es otro de los temas recurrentes en la cumbre del bloque del Sudeste Asiático.

En julio, también en Bangkok y con motivo de la cumbre de ministros de Asuntos Exteriores de ASEAN y sus socios, tuvo lugar la primera lectura del borrador sobre el Código de Conducta que evite una escalada de conflicto en la zona marítima en disputa, una de las principales rutas para el comercio marítimo y rica en recursos naturales.

En materia de derechos humanos se espera que el grupo aborde el proceso de repatriación a Birmania de los rohinyá, una etnia no reconocida por Naipyidó y que desde agosto de 2017 inició un éxodo masivo a la vecina Bangladés a raíz de un operativo orquestado por el ejército birmano y calificado por investigadores de la ONU de "limpieza étnica".

Desde entonces, mas de 700.000 rohinyás permanecen en los extensos campos de refugiados ubicados en la frontera bangladesí. Noel Caballero