La mujer ha aumentado su presencia en el mercado laboral en los diez últimos años, pero hay sectores masculinizados como el del metal en el que se ha estancado en el 18 % del empleo sectorial, situación que lleva a esta industria a estudiar cómo atraer también el talento femenino.
Las mujeres que se dedican a actividades tradicionales de la industria siderometalúrgica son 168.300 y en la actualidad representan al 18,4 % de la plantilla total, tasa que apenas ha variado en la última década (18,8 %). según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
El sector emplea en su conjunto a 914.000 personas en estas actividades de fabricación metalúrgica, cifra que asciende hasta 1,6 millones de personas si se tienen en cuenta además los empleos generados en la reparación, montaje, mantenimiento y comercio de productos metálicos y maquinaria.
Esta presencia femenina en el sector metalúrgico contrasta con la que registra en su conjunto en el mercado laboral, donde las mujeres ocupan el 45,5 % de los puestos de trabajo, tasa que ha mejorado 2 puntos en diez años.
De hecho, las mujeres han experimentado un incremento de la ocupación del 7,8 % en la última década, frente al 1,1 % de la de los hombres.
La industria del metal se ha marcado como objetivos atraer a más mujeres y jóvenes hacia el sector STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), para lo que reclama la introducción de programación básica como asignatura en todas las aulas e integrar el aprendizaje digital en todos los planes de estudios.
Así figura en las propuestas que ha elaborado el sector del metal europeo, con las que, asegura, aumentará el empleo femenino en la industria tecnológica reduciendo así la brecha salarial.
"Hace años, las profesiones de la industria siderometalúrgica exigían mucho esfuerzo físico", explica a Efe la patronal del sector Confemetal, ya que debían mover y trabajar piezas pesadas a base de su propia fuerza.
"Antes, un calderero cogía una chapa plana y, a base de golpes, la convertía en curva. Ahora lo hace una máquina, a la que una persona da la orden apretando un botón, porque estos trabajos están mecanizados, robotizados e informatizados", según Confemetal.
"Ese tipo de trabajos tan físicos prácticamente han desaparecido, pero no la imagen, y eso produce cierto rechazo entre las mujeres", asegura.
La imagen del trabajador de esta industria (calderero, soldador, tornero y fresador) era la de un obrero vestido con un sucio mono azul, pero en la actualidad es la de personas que podrían ir vestidas con una impoluta camisa blanca, explica la patronal, que este año cumple 40 años.
Los puestos de trabajo de la industria del metal "están excelentemente pagados" (con un salario de entrada que supera 1.500 euros), el nivel de paro es "marginal" y el empleo es "sólido", dado que el empresario proporciona formación, por lo que trata de mantener el talento, asegura.
Con la aprobación de la Ley de Igualdad en 2007 y posteriormente este año con la de Igualdad Laboral, las empresas de más de 50 trabajadores están obligadas a elaborar y aplicar planes de igualdad con los que alcanzar la igualdad de oportunidades y evitar la discriminación laboral entre hombres y mujeres.
Ya en 2018 hubo varios convenios colectivos de empresas del sector del metal que contenían declaraciones expresas de carácter general "a favor de una mayor contratación de mujeres" en los centros de producción y "prohibiendo" su discriminación en el acceso a puestos, promoción o formación, así como en materia retributiva.