Las autoridades iraníes tratan de reducir su dependencia del petróleo y buscar alternativas para su exportación con el objetivo de superar las sanciones impuestas hace hoy un año por Estados Unidos y reflotar una economía que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), se contraerá en 2019 un 9,5 %.
Las sanciones contra el sector petrolero, y también el bancario entre otros, entraron en vigor el 5 de noviembre de 2018, en la segunda ronda de medidas punitivas impuestas por EE.UU. contra Irán tras la retirada unilateral de Washington del acuerdo nuclear de 2015.
La intención declarada de la Administración estadounidense era reducir a cero las exportaciones iraníes, un propósito que no se ha logrado pese a que en abril pasado EE.UU.
El fin de esas exenciones a algunos de los principales clientes de Irán como China, India y Turquía, implicó un cambio de táctica por parte del país persa, al tiempo que coincidió con el inicio de una serie de ataques a barcos o instalaciones petroleras en el golfo Pérsico.
Las exportaciones de Irán alcanzaron antes de las sanciones una media de 2,5 millones de barriles de petróleo al día y, según estimaciones no oficiales, en la actualidad se han reducido a alrededor de 400.000 barriles.
EXPORTACIONES CLANDESTINAS
Las autoridades iraníes mantienen estas cifras en secreto, así como los países destinatarios. Tan solo a principios de este mes el gobernador del Banco Central, Adbolnaser Hematí, negó que se hubieran reducido a 120.000 barriles, como habían informado desde EE.UU.
"Si se cierra una vía se abre otra", aseguró a Efe el presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Comercio de Teherán, Reza Padidar, quien explicó que Irán está recurriendo a "contratos de trueque" que "no se pueden controlar de modo exacto".
"China es uno de los países que en la actualidad recibe el petróleo de Irán y se comercia mediante el trueque, un contrato que también tenemos con India, de donde recibimos arroz u otros derivados, o con Turquía", detalló.
Además, muchos barcos que transportan el petróleo iraní están apagando sus localizadores GPS para no ser ubicados tan fácilmente y las autoridades han optado por diversificar con productos derivados como la gasolina y el diésel y petroquímicos.
Según Padidar, la política del país es convertir el petróleo a "un producto intermedio o final a exportar, para lo que se han creado nuevas refinerías y nuevas unidades de petroquímica" con el fin de superar las sanciones y depender menos del petróleo.
REDUCIR LA DEPENDENCIA DEL PETRÓLEO
Esta es la política adoptada por el Gobierno iraní, que ha informado de que en la actualidad esa dependencia directa es inferior al 30 %, frente al 50 % de antes, y que se pretende reducir a cero.
El gobernador del Banco Central explicó recientemente que ahora solo un tercio de las exportaciones están relacionadas con el petróleo.
"El efecto directo de las crueles sanciones es la disminución del crecimiento del sector petrolero y la reducción de los recursos del presupuesto estatal. Todo ello ha afectado al sector no petrolero y, por supuesto, al crecimiento de toda la economía", reconoció Hematí.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), se espera que la economía de Irán se contraiga un 9,5 % este año, rebajando una estimación previa que cifraba su reducción en un 6 %.
Las sanciones han fomentado una devaluación de la moneda nacional, que se cambia en la actualidad a unos 110.000 riales el dólar frente a los 42.000 de hace un año y medio, lo que ha favorecido asimismo una inflación este año del 35,7 %, de acuerdo a los datos del FMI.
INCIDENTES EN EL GOLFO PÉRSICO
Los primeros ataques tuvieron lugar en mayo pasado, cuando cuatro petroleros, dos de ellos saudíes, fueron blanco de un sabotaje en el puerto emiratí de Fujairah, mientras que un mes después, dos buques cisterna, uno propiedad de un armador noruego y otro japonés, sufrieron explosiones al salir del estrecho de Ormuz.
En junio pasado, la Guardia Revolucionaria iraní derribó un dron estadounidense que, según Teherán, violó su espacio aéreo, y, en julio, capturó al petrolero de bandera británica "Stena Impero" por supuestamente incumplir las normas de navegación.
Por último, dos importantes instalaciones de la petrolera estatal saudí Aramco sufrieron ataques con drones y misiles el pasado 14 de septiembre, reduciendo temporalmente su producción un 50 %.
EE.UU. y Arabia Saudí han acusado de modo directo o indirecto a Irán de los ataques a los petroleros, a los buques cisterna y a Aramco, pero Teherán ha negado cualquier implicación.
Para intentar rebajar las tensiones y evitar una mayor presencia de fuerzas estadounidenses en el golfo Pérsico, Irán ha ofrecido una iniciativa de paz en la zona a los países litorales, que por ahora no ha obtenido una clara respuesta.