El grupo de construcción y energía Acciona obtuvo un beneficio neto de 213 millones de euros en los nueve primeros meses del año, un 3,9 % menos que en el mismo periodo de 2018, un descenso que se debe, según la empresa, a los resultados extraordinarios contabilizados durante el pasado ejercicio.
En términos comparables, sin tener en cuenta la venta de las plantas termosolares en España, de Trasmediterránea y de Rodovía do Aço, el beneficio neto ordinario creció un 43,4 %.
El beneficio bruto de explotación (ebitda) aumentó un 5,6 %, hasta 933 millones, mientras que los ingresos se redujeron un 2,6 % y se situaron en 5.287 millones.
Por áreas de negocio, la de Energía aportó 567 millones en términos de ebitda, lo que supone un incremento del 6,7 % y representa un 61 % del total.
La división de infraestructuras registró un ebitda de 326 millones, un 5,1 % más, y aportó el 35 % del total.
En cuanto a la cifra de negocio, la generada por el área de Energía se redujo un 5,6 %, hasta 1.497 millones, mientras que la correspondiente a Infraestructuras creció un 1,2 %.
Según Acciona, el descenso en los ingresos de la división de Energía se debe, entre otros motivos, a la menor contribución del negocio de proyectos industriales llave en mano (EPCs).
En los últimos doce meses, la capacidad instalada consolidada de Acciona aumentó en 509 megavatios. La compañía supera ya los 10.000 megavatios de capacidad instalada total.
El crecimiento de Infraestructuras responde a la mayor contribución del área de Agua -con el inicio de nuevas plantas desaladoras- a pesar del cese anticipado de ATLL.
La cartera de Infraestructuras aumentó un 5,5 %, hasta 11.446 millones.
La deuda financiera neta del grupo se situó, al cierre de septiembre, en 5.166 millones, cifra que se eleva a 5.375 millones si se incluye el efecto de las nuevas normas contables NIIF16.
Al término del pasado ejercicio, la deuda financiera neta era de 4.333 millones.