Estados Unidos y China están "cerca" de un primer acuerdo para solventar su guerra comercial, dijo este martes el presidente estadounidense, Donald Trump, que avisó de que si el pacto no cristaliza no dudará en elevar los aranceles.
"Si no tenemos un acuerdo, subiremos sustancialmente esos aranceles", aseguró Trump en un discurso en el Club Económico de Nueva York.
Según el presidente estadounidense, las autoridades chinas están ansiosas por cerrar un acuerdo, pero EE.UU. sólo aceptará un pacto que le beneficie.
"Estamos cerca. Un acuerdo significativo de 'fase uno' con China podría ocurrir pronto", apuntó, sin dar detalles sobre el posible entendimiento, que las dos partes ultiman este mes.
Trump, mientras tanto, volvió a usar lenguaje muy duro con Pekín y acusó a China de haber "hecho trampas" durante años en el ámbito comercial, perjudicando de forma muy importante a Estados Unidos.
"Desde que China entró en la Organización Mundial de Comercio en 2001 nadie ha manipulado mejor o se ha aprovechado más de Estados Unidos", dijo.
En todo caso, Trump aseguró que no culpa a Pekín de ello, sino a los líderes estadounidenses que lo permitieron, y subrayó que el Gobierno chino tiene claro que la realidad ha cambiado.
"El robo de empleos y riqueza estadounidenses se ha terminado. Ellos lo entienden", insistió.
China no fue el único blanco de las críticas de Trump en el ámbito comercial, pues el presidente estadounidense también atacó entre otros a la Unión Europea, acusando al bloque de imponer barreras "terribles".
Además, defendió el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) como un gran éxito de su Gobierno y arremetió contra la presidenta de la Cámara Baja de EE.UU., la demócrata Nancy Pelosi, por no haberlo sometido aún a voto para permitir su ratificación.
En un discurso de aproximadamente una hora, Trump volvió también al ataque contra la Reserva Federal (Fed), a la que acusó de poner a EE.UU. en una "desventaja competitiva" frente a otros países.
El presidente se quejó de la gestión del banco central estadounidense, considerando que subió el precio del dinero demasiado rápido y que lo está bajando muy lentamente en comparación con otros rivales.
"Estamos compitiendo contra estos otros países y la Reserva Federal no nos deja jugar a ese juego", lamentó, admitiendo que poner los tipos en EE.UU. en torno al cero por ciento no sería necesariamente bueno para el mundo.
"Pero yo no soy presidente del mundo, soy presidente de nuestro país", añadió.
Trump presumió además de su gestión económica y destacó los bajos niveles de desempleo, las reducciones de impuestos y los niveles récord de Wall Street.
En ese sentido, recordó que desde su elección el índice S&P 500 ha subido más de un 45 %, el Dow Jones de Industriales más de un 50 % y el índice Nasdaq un 60 %, pero insistió en que con apoyo de la Fed podría ser mucho más.
"Si hubiésemos tenido a una Reserva Federal que trabajase con nosotros se podría añadir otro 25 % a esas cifras, lo garantizo", señaló.
Trump defendió que sus medidas están ayudando a las clases medias y trabajadoras y aseguró que su Gobierno ha logrado un "boom económico" nunca visto.