Desde las montañas del departamento colombiano de Antioquia llega el café que Angélica Madrigal transforma en una bebida prémium y en “experiencias” para locales y extranjeros que participan en talleres de barismo, catación y tostión en un espacio adecuado en Medellín para evocar a las fincas cafeteras.

“No se trata de vender café sino experiencias en torno a su cultura”, expresó a Efe la emprendedora sobre la empresa Origen del Café, un proyecto familiar que empezó con una burbuja en un centro comercial.

Ese negocio, que aún mantiene, quedó chico para las aspiraciones de una familia que conoce a fondo el potencial del café, pues Angélica María trabajó como exportadora y su mamá, Berenice García, estuvo vinculada a la Federación Nacional de Cafeteros (FNC) por 20 años.

“La vida me puso en el gremio del café”, expresó Madrigal, profesional en negocios internacionales y ganadora en 2013 de una beca para estudiar una maestría en ciencias y economía del café en Italia.

“Fue como ganarme la lotería”, dijo.

En el barrio Provenza, punto estratégico para turistas extranjeros por la amplia presencia de hoteles, restaurantes y bares, despegó hace tres meses "Versos de Café" como un lugar que ofrece un viaje por los secretos de esta bebida estimulante.

“La idea es que la gente aprenda a despertar un poco los sentidos con el café como protagonista”, apostilló Madrigal, quien diseñó tres líneas específicas para potenciar la empresa.

Con “versos dulces” ofrece a sus visitantes un complemento a la bebida del café con repostería, panadería y comida tipo brunch, un maridaje creado por la chef Natalia Echeverri y la repostera Yuly Alayón.

El conocimiento adquirido por Angélica María de un “producto muy apasionante” amplió su espectro con “versos tostados”, una apuesta que permite mostrar a sus clientes el proceso de transformación del grano y ofrecer a caficultores o empresarios un servicio maquila.

“Me traen el café en pergamino y lo que hago es transformar el producto hasta tostarlo y empacarlo”, detalló la experta mientras operaba la tostadora junto a Juan David Campillo, un barista en “proceso de aprendizaje” que completa el equipo de trabajo.

Conocer las propiedades organolépticas de la bebida y sentirse un artista de la espuma con el arte latte le despertó a este joven de 20 años la “pasión por el café”.

“Yo soy de Titiribí, un pueblo muy cafetero. No serví para recolectarlo. Lo cogía siempre verde y me echaban de las fincas. Ahora, he aprendido mucho”, contó Campillo, quien trabaja de la mano de su “mentora”.

Para Angélica María, manejar cada eslabón de la cadena productiva, desde el cultivo hasta el consumo en los mercados internacionales, la ayudó a complementar la oferta con “versos de experiencia”, que incluye cursos de catación, tostión y barismo que dicta en inglés y español.

Además, en un espacio de tres horas también “despierta los sentidos” de los asistentes al jugar con fragancias y sabores para que conozcan los atributos que tiene el café con un “entrenamiento de la mente para percibir mejor a la bebida”.

Los participantes, que van desde norteamericanos hasta europeos, completan su experiencia utilizando sombreros típicos de la región y posan para fotografías en un espacio ambientado como una finca cafetera, un valor agregado que pudo darle a su empresa gracias a las capacitaciones que recibió en la Corporación Interactuar.

Con el Método Base de Aceleración (MBA) obtuvo las “herramientas para estructurarla”, pues pese a ser negociadora internacional necesitó de respaldo para diseñar el paquete que ofrecería y convencerse de que “el mercado pagaría por él”.

“Cuando uno emprende el camino es largo, uno va construyendo con el alma, empeño y corazón”, comentó la experta en cafés especiales, que ha exportado a países como Chile, Estados Unidos, Corea y Filipinas.

La empresaria continúa asesorando fincas cafeteras en exportaciones y haciendo perfilación de su producto, pero también mantiene “un matrimonio que con el café” desde una orilla “mucho más versátil” con el centro de experiencia y de producción que rinde culto a esa bebida.

“Colombia sigue siendo conocida por tener uno los cafés más suaves del mundo, así que consumidores y amantes encontrará un lugar para aprender un poco más”, concluyó la gerente de Versos de Café.

Jeimmy Paola Sierra