Vendedores, consumidores y restaurantes sufren cada día las consecuencias de la fuerte subida del precio de uno de los alimentos básicos de la dieta en China, el cerdo, cuyo coste se ha duplicado en el último año por distintos factores que han llevado a la inflación a su cifra más alta en años.
La guerra comercial entre China y Estados Unidos así como la fiebre porcina que ha acabado con la vida de 200 millones de cerdos (por enfermedad o sacrificados) no solo llena los titulares de periódicos sino que afecta al día a día de millones de personas como Hu Fulan, que tiene un puesto de carne en un mercado del barrio de Jing'an, en Shanghái (este del país).
"La situación está afectando mucho a mi economía. Mucha gente ya no puede permitirse comprar carne de cerdo o compran muy poca y perdemos clientes", cuenta a Efe junto a su puesto.
Lleva más de diez años en él y, asegura, nunca había visto una situación igual. "Ahora casi no me quedan beneficios. Este puesto me cuesta entre 40.000 y 50.000 yuanes (5.200-6.500 euros) al año", protesta.
Según los últimos datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) publicados el pasado sábado, el precio de la carne de cerdo subió en octubre el 101,3 % interanual y el índice de precios al consumidor (IPC) se disparó hasta el 3,8 %, la mayor subida desde enero de 2012.
El cerdo en China no es un alimento cualquiera. Es la principal fuente de proteínas en la dieta de los chinos, que consumen la mitad de los suministros mundiales, y es el producto que más afecta al IPC.
"La estructura económica de China todavía está sujeta a los choques externos. Esta vez tiene mucho que ver con el conflicto entre China y EEUU, porque China ha reducido significativamente las importaciones de EEUU de carne de cerdo y otros alimentos", explica a Efe el profesor de Economía y Finanzas del China Europe International Business School (CEIBS), Xu Bin.
Sin embargo - apunta -, será algo temporal. Hay que esperar a que el mercado se reajuste. "El mercado agrícola es muy sensible y hay ciclos. Cuando los precios son bajos, los agricultores producen menos, entonces los precios subirán y los agricultores volverán a producir normalmente. La situación actual es un problema, pero no me preocuparía mucho porque es una cuestión de tiempo", añade Xu.
Alarmistas, algunos medios y expertos, han querido recordar que en las ultimas décadas las grandes crisis sociales del gigante asiático han tenido que ver con el precio de los alimentos.
El propio Partido Comunista Chino (PCCh) llegó al poder en la década de 1940 en parte porque la hiperinflación había erosionado el apoyo a los gobernantes nacionalistas y los altos precios también fueron un factor que contribuyó a las protestas de Tiananmen en 1989.
"Creo que la situación ha cambiado mucho en el siglo XXI y creo que los chinos ahora están muy acostumbrados a la fluctuación de los precios del mercado (...) No es que estén creciendo en dos dígitos los precios de todas las cosas, son solo algunos artículos, y si por un tiempo tienen que comer otra carne no pasa nada porque hay comida accesible para todo tipo de bolsillos", agrega Xu.
Así piensa Li, una ama de casa de 70 años. "El mercado tiene muchas ofertas, si el precio de un producto ha subido pues compramos otro", cuenta a Efe tras comprar en el puesto de Hu 75 yuanes (10 euros) de chuleta de cerdo, que prepara una vez por semana para su familia.
La vendedora cree, y Li asiente, que probablemente los precios se moderarán en el Año Nuevo Chino (finales de enero), una opinión que también comparte Yan Hongfen, dueña de un restaurante de 'dumplings', las populares empanadillas chinas rellenas, cuyo principal ingrediente suele ser el cerdo.
"Los cochinillos crecerán para esa época y habrá más suministros en el mercado", explica Yan, en sintonía con la explicación del catedrático sobre los ciclos, la oferta y la demanda.
Puesto que las ventas en el Año Nuevo Chino tradicionalmente son muy altas, los productores calculan con tiempo para estar preparados para esas fechas.
Yan es otra de las que está sufriendo mucho por los altos precios. "Antes para la cantidad de carne que necesito gastaba 200 yuanes, pero ahora necesito pagar casi 500. Estoy perdiendo dinero en mi negocio", cuenta a Efe.
Aún así, de momento no ha subido los precios. "Estoy esperando hasta el Año Nuevo Chino, si hasta esos días el precio no baja, subiré el precio de mis platos", agrega.
Aunque ni Yan ni Hu han recibido ningún tipo de ayuda ante la situación, el Gobierno chino, preocupado por el tema, como aseguran los expertos, afirma que está tomando medidas para garantizar el suministro de carne de cerdo y estabilizar los precios.
Por ejemplo, se han utilizado las reservas de alimentos y se ha buscado suministro en el exterior. Según datos oficiales, la carne de cerdo importada alcanzó las 1,33 millones de toneladas durante los primeros tres trimestres del año, un 43,6 por ciento más que en el mismo periodo de 2018.
Paula Escalada Medrano