La subgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, ha asegurado que el único remedio que puede poner el sector bancario para mejorar su imagen y su reputación es el cambio de conducta y que "algunos bancos necesitan una transformación radical, otros solo necesitan ajustar partes de sus estructuras".
Delgado, aunque ha reconocido la dificultad para estimar el impacto económico de una mala gestión de la imagen y ha afirmado que no puede eliminarse, a diferencia de los riesgos financieros, confía en que sí puede ser mitigada.
De este modo, la mitigación de los riesgos no financieros estaría vinculada a la calidad de los procedimientos internos, a los sistemas de tecnologías de la información, a la estructura de gobierno corporativo o a las funciones de cumplimiento, según ha relatado.
La subgobernadora comprende que algunos bancos vean este gasto como un coste adicional, pero cree que lo apropiado es tomarlo como una inversión a largo plazo. "No se trata tanto de qué deberían hacer los bancos, sino más bien de cómo deberían hacerlo", ha añadido. No obstante, ha admitido que un cambio de conducta implica un gasto adicional que puede presionar aún más la rentabilidad de las entidades, una medida financiera ya "asediada".
Así lo ha indicado en su discurso de apertura de la 11º edición de la mesa redonda del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) organizado por el Foro Internacional de Banqueros.
Delgado ha explicado que la crisis ha enseñado de forma "muy dolorosa" que la conducta es un factor clave a considerar en cualquier modelo de negocio que se entienda sostenible. La sociedad ya no demanda lo mismo al sector financiero e incluye incluso entre sus exigencias estándares más altos en materia de regulación o de controles internos en AML (prevención de blanqueo de capitales).
"Este tipo de cambio está condenado al fracaso al menos que exista un compromiso y un apoyo total por parte de los altos directivos y gestores de los bancos", ha subrayado la subgobernadora, al tiempo que ha añadido que sin una gobernanza adecuada no hay posibilidades de éxito.
Además, ha subrayado el hecho de que el daño a la reputación no afecta solamente a entidades individuales, a pesar de que la mala conducta provenga de una en concreto, sino que tiende a afectar al sector en su conjunto.
La subgobernadora del Banco de España ha pedido que las entidades definan de forma precisa, con propiedad y con responsabilidad cada uno de los riesgos no financieros, y ha hecho hincapié en la necesidad de mejorar el control de los mismos, incluida la gestión de los datos de los clientes.
"Se debe lograr un equilibrio apropiado entre riesgos y recompensas. No se puede bajar el listón ni relajarse, las pérdidas experimentadas durante la crisis y sus consecuencias deberían servir de importante recordatorio", ha aseverado.