Los accionistas de Mediaset Italia y España votarán el 4 de septiembre su fusión para crear MediaForEurope (MFE), un sueño del coloso audiovisual de la familia Berlusconi que en Italia se enfrenta a su socio francés Vivendi, que votará en contra tras ganar su batalla ante los tribunales.

Vivendi tiene el 28,8 % del capital de Mediaset Italia y solo el 9,99 % de los derechos directos de voto, porque el resto está en un fideicomiso, pero no podía pronunciarse en ninguna Junta de Accionistas del grupo italiano desde el pasado 18 de abril, cuando la familia Berlusconi le vetó este derecho por tener "un comportamiento desleal".

La empresa del multimillonario Vincent Bolloré calificó entonces la medida de ilegal y acaba de ganar un recurso ante la Justicia italiana para poder votar en contra -como ya ha dicho que hará- en la cita del 4 de septiembre, aunque solo por el equivalente al 9,99 %.

Ha sido una victoria parcial, pues la Justicia italiana ha admitido solo sus derechos directos y han quedado excluidos el resto que conserva el fideicomiso Simon Fiduciaria, por lo que el grupo galo ha avanzado que recurrirá esta decisión.

El proyecto para crear el gigante audiovisual paneuropeo MediaForEurope será votado en Madrid y en Milán, y necesita una mayoría de dos tercios de los asistentes en el caso de Mediaset Italia y mayoría simple en España.

En España no debería haber complicaciones, pues el grupo Mediaset controla el 51,6 % del capital, y la atención estará en Italia, donde la sociedad Fininvest, de la familia Berlusconi, tiene el 44,18 % del capital.

Vivendi ya ha comunicado que votará en contra, pero solo con el 9,99 % de derechos de voto no podrá poner en riesgo el plan.

Fuentes conocedoras de la situación han explicado a EFE que es poco probable que Vivendi frustre la operación, pero reconocen que su pulso genera incertidumbre en el mercado.

La guerra abierta entre Mediaset Italia y Vivendi se remonta a 2016, cuando el grupo francés se retiró de un acuerdo de compra del canal privado Mediaset Premium y se hizo con un tercio del grupo italiano.

Los reguladores italianos intervinieron y obligaron en 2017 a Vivendi a quedarse con solo el 9,99 % de derechos de voto y a traspasar el resto a Simon Fiduciaria, amparándose en preocupaciones antimonopolio porque también tiene el 23,94 % de Telecom Italia.

Vivendi y Mediaset están desde entonces inmersos en una batalla de demandas y acusaciones que han llevado a los tribunales italianos, donde todavía están abiertas varias disputas legales.

El objetivo de Mediaset Italia es fusionarse con su filial española para crear este titán audiovisual europeo que competirá con rivales como la plataforma estadounidense Netflix y supondrá sinergias de entre 100 y 110 millones de euros para 2023.

La maniobra tiene un segundo objetivo: diluir la influencia de Vivendi, que tantos quebraderos de cabeza da a la familia Berlusconi.

Por eso, ha diseñado un plan que recompensará a los accionistas de largo plazo de ambas compañías con las llamadas acciones de lealtad, que en la práctica reforzarán a Berlusconi y los suyos.

Los accionistas podrán disponer de tres derechos de voto por cada acción ordinaria de MFE y podrán ampliarlos con el tiempo hasta diez votos.

Mediaset Italia ha realizado ya una estimación de los derechos de voto en MFE tras la fusión y ha calculado que Fininvest, de Berlusconi, tendrá el 47,88 %; mientras Vivendi se quedará con un 10,42 % y Simon Fiduciaria, con el 20,81 %.

Si no se aprueba, la familia Berlusconi también se ha cubierto las espaldas y Fininvest incrementará su control en Mediaset Italia hasta el 52,19 % de los derechos, gracias a una modificación de su estatuto que introdujo el voto múltiple el pasado 18 de abril, cuando Vivendi no pudo participar.

Además de la cuestión de la votación, existe otra fundamental. El grupo Mediaset ha previsto que los accionistas de la matriz italiana que no se sumen a esta operación reciban 2,770 euros por cada acción, y 6,5444 euros en el caso de Mediaset España.

Esta posibilidad tiene una condición, el efectivo que pagarán la matriz italiana y la filial española a aquellos que se retiren no excederá de los 180 millones de euros.

Y aquí entra de nuevo Vivendi. Los analistas del banco de inversión independiente italiano Equita advierten de que este límite coloca a la empresa de Bolloré en una posición privilegiada, pues con su 28,8 % de Mediaset Italia podría obligar al grupo a pagarle hasta 900 millones de euros, lo que arriesgaría la fusión y obligaría a Mediaset a buscar a otro socio.