Cejuego es una patronal un tanto exótica. El Consejo Empresarial del Juego pide abiertamente una mayor regulación de su actividad económica y suele celebrar las normativas que apuntan en esa dirección. En ocasiones, llegan a abogar porque haya más control sobre el juego que el que piden algunos responsables públicos.
Alejandro Landaluce es el presidente de esta patronal, que aúna a un 60% del sector. En especial, a operadores de locales físicos, mientras que los que operan únicamente en el ámbito online están mayoritariamente asociados a JDigital. Las competencias de ambos negocios también son distintas: mientras que los primeros son asunto de las comunidades autónomas, el juego en el universo digital depende del Ministerio de Hacienda.
Landaluce recibe a eldiario.es en la sede de Cejuego, ubicada en una de las calles principales del barrio madrileño de Salamanca. En la capital, el 70% de los locales de juego se concentra en el 30% de los barrios. Este vecindario es del tanto por ciento restante: en prácticamente un kilómetro a la redonda no hay ningún local de apuestas, ni tampoco de juego. "Por lo mismo que tampoco hay concesionarios de coches", explica el máximo responsable de la patronal: "Se van a las afueras porque aquí no es rentable pagar el alquiler. Aquí son comercios pequeños en las que lo que se vende es muy caro".
En las últimas semanas ha habido decisiones políticas importantes sobre el sector en las dos ciudades más importantes del país, Madrid, a nivel regional, y Barcelona, a nivel local. En ambos casos, se ha paralizado la apertura de locales de juego: en Madrid, hasta nuevo aviso, y en Barcelona, durante un año. Han celebrado lo primero y criticado lo segundo. ¿Por qué?
La diferencia es que una está motivada y la otra es una decisión propagandística, que tiene más que ver con el desconocimiento de lo que es el sector en Catalunya. Catalunya tiene restringidas las licencias desde 2004, así que el número de máquinas, casinos o salones es el mismo desde entonces. No hay casas de apuestas: antes había cero y ahora hay cero. Por mucho que digan que no van a dar licencia, es que no pueden hacerlo porque ya está prohibido. No tiene ningún sentido, querían decir algo contra las apuestas y lo dijeron así, pero no hay una argumentación detrás.
En Madrid la situación es muy diferente: no había una planificación del parque de juego en cuanto a salones, casas de apuestas o bingos, pero sí en casinos. Desde el sector siempre hemos defendido que la planificación es una medida muy buena. En Madrid no existía y ha habido una concentración excesiva de casas de apuestas y salones en las zonas comerciales más interesantes. Eso no es saludable.
Cuando se va a hacer una ley nueva en la que se incluyen distancias diferentes, es lógico que en ese periodo no se admitan nuevas licencias que puedan incumplir una regulación que se va a aprobar dentro de poco. Es algo coherente y cualquier persona del sector lo puede entender. Que se haga la nueva ley y se concedan licencias siguiendo la nueva normativa.
El informe Locales de apuestas y juego en el municipio de Madrid, elaborado por la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), destaca las principales correlaciones de la proliferación de las apuestas. Entre ellas, una alta presencia de migrantes, rentas bajas o poco nivel de estudios. ¿Por qué estos negocios se instalan en barrios vulnerables?
Vulnerables es un adjetivo que se utiliza demagógicamente. No hay nadie que piense que alguien pone un local de cualquier negocio por una persecución social. Eso no existe en los países occidentales. Se elige una localización por una lógica comercial. No hay una persecución social, eso es bastante demagógico. En Tetuán, Madrid, por ejemplo: la renta media es de 35.000 euros al año. Es muy superior a la renta media en Andalucía o Extremadura, no se puede decir que es una zona deprimida de España.
Pero es un barrio claramente dividido en dos partes desiguales.
Exacto, ahora vamos ahí. Imagínate que vas a poner un local comercial en Tetuán y no hay normativa que marque distancia entre locales de juego ni ningún tipo de cortapisas, como en cualquier otra actividad. ¿Dónde te pones? En la calle Bravo Murillo. Si vas allí y cuentas los locales que hay, también puedes comprobar que hay 14 kebabs, más de diez zapaterías, muchas tiendas de electrónica... En las calles de delante y de detrás no hay tantos locales porque no son arteria comercial, no hay mucho tránsito, ni acera grande, ni visibilidad.
Luego está la cuestión del precio del alquiler. ¿Por qué en el barrio de Salamanca no hay? Por lo mismo que tampoco hay concesionarios de coches, que se van a las afueras porque aquí no es rentable pagar esos precios de alquiler. Aquí son comercios pequeños en las que lo que se vende es muy caro. Lo que se necesitas son clientes con la renta suficiente para destinarla al ocio.
Otro aspecto que se trata en el informe es la cercanía de los locales con centros de enseñanza.
Hay colegios que están en el centro y otros en las afueras de la ciudad. En Montecarmelo o Alcobendas hay muchos colegios juntos y no hay casas de apuestas. Si fuéramos a por los niños, que es lo que se suele decir, iríamos ahí, pero no vamos porque no hay gente pasando por las calles. Hay establecimientos de juego cerca de colegios porque son zonas comerciales. Un bar que se pone al lado de un colegio no lo hace para emborrachar a los niños de 15 años, pero es una zona que es buena de por sí para ellos. Es muy fácil ver maleficencia al elegir un local. Si se aprueba una normativa que marque una distancia respecto a los colegios, que las defendemos en todas las comunidades autónomas, se cumplirá.
Cejuego pide una mayor regulación que parece que nunca llega por parte de las instituciones. Algunos responsables de Juego han llegado a hacer planteamiento incluso más allá de lo que pedían los empresarios. El exdirector de Juego en Madrid hablaba de "eliminación de la regulación", que le parecía "excesiva" y "asfixiante", incluso de poner máquinas en bares. Ante esta situación, ¿se han llegado a plantear algún tipo de autorregulación?
Creemos que la regulación es buena para el sector, pero mientras no cambie, no nos vamos autorregular porque no estamos en un coto cerrado. Somos empresarios y no somos almas de la caridad: queremos ofrecer un producto, que nuestros clientes estén satisfechos y, lógicamente, queremos ganar dinero, como cualquier otro empresario. Queremos una regulación de la planificación de locales para que se distancien porque entendemos que a la sociedad no le gusta ver tantos locales de juego juntos. Si la Administración no lo legisla y se queda vacío un local bueno, no nos vamos a quedar de brazos cruzados para que se lo quede otro.
En el tema de publicidad se ve claramente. La mayor parte de empresas de juego online son extranjeras. No tenemos relación con ellos, no hay gente con la que hablar y tienen un concepto totalmente diferente del mundo del negocio. Si una empresa española quiere que sea más restrictivo y deja de anunciarse, llegan otras empresas y continúan anunciándose a todas horas, todos los días. Si no publicitas tu producto, te van a comer. Que la Administración tome la mejor decisión y nos obligue a cumplirla.
Cejuego aboga por una regulación de la publicidad del juego, aunque algunos sectores abogan porque se prohíba, equiparándola a la del tabaco. ¿Cómo creen que debería regularse?
El juego no es como el tabaco, pero sí está prohibido para menores. Hagamos una regulación que proteja a los menores, franjas horarias que se respeten, control de los mensajes para que no sean adictivos... Y que no se permita la utilización de famosos que tengan incidencia en los menores, como pueden ser futbolistas o youtubers. Las empresas de juego presencial no necesitan tanta publicidad porque la gente ve el local. Pero si tu único contacto con el cliente es a través de publicidad, tienes que permitirle que se haga, aunque sea controlada.
Eso sí, no se pueden hacer trampas al solitario. El ente que tiene que regular la publicidad del juego online es el Estado y tiene un monopolio como Loterías y la ONCE, que es semiprivado. Un anuncio que te dice que te va a hacer millonario, que te va a sacar de pobre, puede hacer el mismo daño a un menor que uno que diga 'juega, juega, juega'. ¿Dónde está el control? ¿Y el registro de autoprohibidos de la Lotería? ¿Y de los rascas de la ONCE?
Lo que le decimos al Estado y a los partidos políticos es que nos digan qué quieren, ¿hacer una prohibición sobre la publicidad del juego privado y no del estatal?. Primero, es ilegal. Si tienes un monopolio que solo se permite en temas específicos como puede ser el juego, no puedes sacar una ley que proteja a tu monopolio y perjudique al privado. Iríamos a los tribunales europeos y se ganaría fácilmente.
Por eso desde 2011 no se ha avanzado nada. Desde entonces han gobernado Zapatero, Rajoy y Sánchez. Tres gobiernos diferentes y ninguno ha sacado la regulación. Qué extraño. ¿Por qué ha sido? Porque saben que si sacan una regulación muy restrictiva sobre el juego privado la tienen que hacer también sobre el público. Ya hay una corriente de gente que pide que la publicidad incluya también la del Estado. No lo digo yo, hay periodistas que hacen su trabajo y lo están viendo.
Ahora todo apunta a un nuevo Gobierno. ¿Esperan que su negocio se pueda resentir con un Ejecutivo formado por PSOE y Unidas Podemos?
De lo que se dice en campaña a lo que se hace cuando llegas al gobierno es muy diferente. Existen leyes y que hay que cumplirlas. Respetamos la labor de los gobiernos, pedimos que regule, que sea para todo el juego, incluido Loterías y ONCE.
¿Qué les parece que haya un mayor control horario? La propuesta de Unidas Podemos estipula que la apertura de las casas de apuestas sea a partir de las 22:00 horas.
Todo el mundo puede entender que una actividad a la que le limitas abrir a partir de las 22:00 y que el cierre sea a las 00:00 no puede ser rentable en ningún caso. Lo que están haciendo es prohibirlo. Vivimos en un país en el que, hasta ahora, había libertad aunque cada vez hay menos. Si se legisla en este sentido nos convertirnos en un tipo de país en el que no estamos acostumbrados a vivir desde 1975. El juego es legal, la gente lo pasa bien y podemos poner un límite horario que se entienda lógico.
¿Y los bares? También venden alcohol, que está prohibido a los menores, y es mucho más dañino el alcohol que el juego. ¿Van a decir que abran los bares a partir de las 22:00 horas? Otra cosa es que si en un bar se le vende alcohol a un chaval de 16 años se le caiga el pelo. Como demócrata y como español lo primero que quiero es que eso no ocurra.
Parece que todos los partidos políticos están de acuerdo en controlar más el juego, sobre todo las apuestas deportivas. Incluso aquellos que tienen un programa económico más liberal, como Vox, se manifestaron en este sentido en los últimos días de campaña electoral, pese a que en Andalucía votaron en contra de una regulación. ¿Les sorprendió esta adhesión?
Los partidos políticos están formados por personas y no es fácil que todas opinen lo mismo. No se puede decir que un partido piense una cosa por lo que diga una persona.
Fue difundido por el propio partido en redes sociales.
Soy consciente de ello y de la reacción que tuvieron dentro de su propio electorado. No entendían muy bien por qué estaban haciendo ese tipo de cosas. Lo que creo es que hay una corriente clara en los medios de comunicación y la sociedad, a veces por desconocimiento, por la que se piden cosas que ya están reguladas. En campañas electorales te dejas llevar y se dicen determinadas cosas. No le damos mayor importancia.
En el Informe sobre Adicciones comportamentales, del Ministerio de Sanidad, se establece que "entre los jugadores de los últimos 12 meses, el 15,4% realizarían un juego problemático y el 9,3% presentan un posible trastorno por juego". ¿Creen que se debería tratar como un asunto de salud pública?
En el estudio los datos se comparan con el total de la población: la ludopatía es el 0,3%, la ansiedad un 7,9%, la depresión un 5,9%, el consumo problemático de alcohol es del 5,1%... Por mucho que alguien se empeñe en decir que es un asunto de salud pública, todos los que he nombrado son mucho mayores. Si el 0,3% de la población tiene un problema patológico, el 99,7% no lo tiene. El 75% de la población reconoce que juega, no solo en el juego privado. De todos ellos, el 99,7% se divierte.
Entre los que juegan, el 15% es problemático y el 9% está en riesgo.
El número de personas que tienen un problema real de juego, que está detectado y diagnosticado, es de 8.000 personas entre toda la población española. Eso es una cosa y otra el estudio, que viene a decir que es el 0,3% de la población, con lo que serían 80.000. Este número corresponde a la horquilla de gente que podría desarrollarlo, lo que no quiere decir que lo tengan. Es una suposición de personas que podrían tenerlo, es una estadística.
En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, el número de jugadores que se registran como autoprohibidos en los locales de juego se ha cuadruplicado en 5 años. Pasó de 4.227 en 2013 a 17.735 en 2017.
El que aumente o no el número de personas autoprohibidas no tiene una correlación directa con la patología del juego. Ha habido un aumento claro, pero no se puede saber si ese registro son de personas que han tenido un problema o son personas que quieren expresar su contrariedad con el sector. Por ejemplo, hace poco hubo una manifestación en Madrid contra el juego. Esa gente posiblemente no eran ludópatas, sino personas que estaban en contra del juego. Igual también se han apuntado al registro porque quieren dejar constancia de que están en contra. Antiguamente, el registro de autoprohibidos era fidedigno, pero hoy en día es difícil descubrir si ese crecimiento es porque ha aumentado mucho o son gente que está en contra del juego.
Nosotros hemos pedido que haya un único registro porque ahora mismo hay uno por comunidad autónoma y hay que compaginarlos. Incluso hay personas que se autoprohiben en el juego online y no en el presencial o en un juego específico, lo cual es ridículo. Nosotros defendemos que si una persona tiene un problema con el juego, lo tiene con todo el juego.
En ese informe de Sanidad se apunta que han detectado "una correlación entre el posible juego con dinero de manera problemática y el consumo intensivo de drogas legales como el alcohol". Que los locales de apuestas puedan ofrecer servicios de restauración, muchas veces a precios más reducidos que los bares convencionales, es otro aspecto que se ha criticado duramente. ¿Debe permitirse el consumo de alcohol en los locales de juego?
La mayoría de personas que entran en los locales de juego se lo pasan bien. Nosotros tratamos bien a nuestros clientes dentro de la legalidad. Tenemos un acuerdo comercial aprobado por la Comunidad. Se ofrece una buena cena a un precio razonable, con la que no voy a perder dinero, pero como no es mi negocio, gano menos. Queremos tratar bien a los clientes, y que se dé una cerveza... Vamos a ver, otra cosa es que se esté emborrachando a alguien, que eso no ocurre, pero no permitir que se trate bien a los clientes ya es excesivo. Se quejan de que hay chavales de 22 años que están en una casa de apuestas viendo el partido en lugar de en la calle. Bueno, ¿qué problema hay? No podemos demonizar a un sector, no se puede ir hasta la mínima.