Los agricultores de Argentina, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de granos, adelantan sus ventas de maíz y soja, en momentos en que crece la incertidumbre por un eventual aumento de los impuestos locales al sector.
Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario, la comercialización doméstica del maíz de la nueva campaña 2019-2020 "está mostrando una dinámica inusitada para esta altura del año".
Las cifras del Ministerio de Agroindustria argentino revelan que los compradores locales -exportadores e industriales- han adquirido ya 12,6 millones de toneladas del cereal, cuando aún faltan meses para que comiencen las tareas de cosecha.
"Este nivel de compras es casi el triple que el promedio de los últimos tres años a esta misma fecha, de 4,5 millones de toneladas", destacó la Bolsa de Comercio de Rosario.
En tanto, para la soja de la campaña 2019/2020, las adquisiciones del sector exportador y la industria son de casi 8 millones de toneladas, "más que duplicando el volumen promedio adquirido a igual fecha en las últimas cinco campañas".
El mayor volumen de ventas anticipadas se produce en medio de crecientes rumores sobre la posibilidad de que el electo presidente argentino, el peronista Alberto Fernández, aumente los impuestos a las ventas de granos -denominados retenciones- una vez que asuma la Presidencia, el próximo 10 de diciembre.
"Hay todo un campo esperando definiciones para saber a qué atenerse. La gran intriga y sospecha es dónde van a anclar el porcentaje de retenciones", dijo este lunes Carlos Achetoni, presidente de la Federacion Agraria Argentina (FAA), una de las cuatro mayores patronales rurales del país.
Argentina atravesó un serio conflicto en 2008, cuando el entonces Gobierno de Cristina Fernández (2007-2015), ahora vicepresidenta electa, se enfrentó con el sector rural al tratar de imponer un esquema de retenciones móviles a las exportaciones de granos.
Alberto Fernández era por entonces jefe de Gabinete y se fue del Gobierno tras esa severa crisis, que incluyó varias huelgas patronales.
La Sociedad Rural Argentina, otra de las principales entidades del sector, advirtió el viernes en un documento que la "compleja situación" que vive el país, hundido en recesión desde 2018, "no se resuelve con un aumento de la presión impositiva, ya de por sí insoportable, ni con nuevos tributos ni derechos de exportación".
"Insistir con las retenciones sería contraproducente: generaría una caída de la producción, de la actividad y del empleo por deterioro de la capacidad exportadora", advierte la declaración.
Fernández asumirá el Gobierno con fuertes vencimientos de deuda en el corto plazo, reservas monetarias insuficientes y desequilibrio fiscal.
Según señaló la consultora privada LCG en un informe, "entre las vías para avanzar en la convergencia fiscal", el Gobierno entrante "apelará a la suba de retenciones".
De acuerdo a los cálculos de la consultora, el Estado podría conseguir ingresos extras de entre el 0,3 y el 0,6 % del PIB, según se apliquen alícuotas similares a las que regían hasta 2018 o aquellas más elevadas vigentes en 2015.