La economía de Brasil creció un 0,6 % en el tercer trimestre, a un ritmo similar al que lo hizo en el segundo trimestre (+0,5 %), impulsada por el consumo interno y la inversión privada, según los datos divulgados este martes por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
El Producto Interno Bruto (PIB), sin embargo, creció un 1,2 % en el tercer trimestre en comparación con el mismo periodo del año anterior y confirmó la lenta pero gradual recuperación de la economía brasileña tras la dura recesión que enfrentó entre 2015 y 2016.
El dato fue mayor que el esperado por los analistas del mercado financiero, quienes proyectaban un alza de entre el 0,3 % y el 0,4 % en el tercer trimestre del año respecto al anterior, y fue celebrado por el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, quien se mostró optimista sobre los resultados de los próximos tres meses del año.
"El país está creciendo. Nosotros tomamos Brasil con una crisis ética, moral y económica bastante grave. Con el trabajo de los consejeros estamos obteniendo éxito", afirmó este martes Bolsonaro.
El jefe de Estado, cuya popularidad ha disminuido fuertemente en los últimos meses, recalcó además que los resultados del tercer trimestre ya eran esperados y llegan en "buena hora".
- CONSUMO E INVERSIÓN PRIVADA, CLAVES DEL CRECIMIENTO
El avance del PIB entre julio y septiembre fue posible gracias al aumento de las inversiones (formación bruta de capital fijo), que subió un robusto 2 %, coincidiendo con el aumento de la confianza de los empresarios e industriales en el país sudamericano.
Otro de los motores del PIB fue el consumo interno, el cual ha ido mejorando paulatinamente en los últimos años tras la grave recesión que atravesó el país.
De esa forma, el consumo de los brasileños subió un 0,8 %, frente al avance del 0,2 % del segundo trimestre, gracias, entre otros factores, a la caída de los intereses, una baja inflación, la expansión del crédito y una leve mejora del mercado de trabajo.
El gasto del Gobierno, por su parte, bajó un 0,4 %, lo que supone la tercera caída en cuatro trimestres, en medio de un profundo plan de ajuste fiscal de corte liberal lanzado por el equipo de Bolsonaro para reequilibrar las maltrechas cuentas públicas del país.
Por sectores, el agropecuario creció un 1,3 %, seguido de la industria (+0,8 %), que se vio estimulada por el fuerte incremento de la industria extractiva (+12 %), principalmente el petróleo, y por la construcción (+1,3 %).
El sector servicios, por su parte, mejoró un leve 0,4 %, empujado por las actividades financieras y de seguros (+1,2 %) y el comercio (+1,1 %).
El resultado divulgado este martes muestra una ligera aceleración del ritmo de la recuperación económica, ya que el IBGE revisó hoy al alza los datos del PIB del segundo trimestre, elevado del 0,4 % al 0,5 %, pero sigue sin alcanzar los niveles económicos de hace siete años.
Brasil se adentró en una profunda crisis entre 2015 y 2016, periodo en el que el PIB perdió cerca de siete puntos porcentuales, y comenzó a despegar lentamente en 2017, cuando la economía creció un 1,1 %, y prosiguió en 2018, con una tasa similar de crecimiento.
Para este año, el mercado financiero proyecta un alza cercana al 1 %, mientras que el IBGE revisó sus estimativas y prevé ahora un aumento del PIB del 1,3 %.
El país ha visto una mejora de sus indicadores económicos en los últimos meses, pero el desempleo, a pesar de haber registrado una leve mejora, sigue afectando a 12,4 millones de personas, una tasa que equivale al 11,6 % de paro, mientras que la informalidad alcanzó niveles récords.